Primeras páginas de 'Comer, rezar, amar' - Prisa Ediciones
Primeras páginas de 'Comer, rezar, amar' - Prisa Ediciones
Primeras páginas de 'Comer, rezar, amar' - Prisa Ediciones
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
que ahora se niega a seguirte dando eso tan bueno, aunque<br />
sabes perfectamente que lo tiene escondido en algún sitio,<br />
maldita sea, porque antes te lo daba gratis). La fase siguiente<br />
es la <strong>de</strong> la escuali<strong>de</strong>z y la temblequera en el rincón, sabiendo<br />
que ven<strong>de</strong>rías el alma o robarías a tus vecinos con tal <strong>de</strong><br />
probar eso una sola vez más. Mientras tanto, a tu ser amado<br />
le repeles. Te mira como si no te conociera <strong>de</strong> nada, como si<br />
jamás te hubiera amado con una pasión fervorosa. Lo irónico<br />
<strong>de</strong>l asunto es que no pue<strong>de</strong>s echarle la culpa. Porque,<br />
vamos, mírate bien. Eres un asquito, un ser patético, casi<br />
irreconocible ante tus propios ojos.<br />
Pues ya está. Ya has llegado al <strong>de</strong>stino final <strong>de</strong>l amor<br />
caprichoso: la más absoluta y <strong>de</strong>spiadada <strong>de</strong>valuación <strong>de</strong>l<br />
propio ser.<br />
El hecho <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r escribir sobre ello tranquilamente<br />
a día <strong>de</strong> hoy es una prueba fehaciente <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r balsámico<br />
<strong>de</strong>l tiempo, porque no me lo tomaba nada bien conforme<br />
me iba ocurriendo. Per<strong>de</strong>r a David justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi<br />
fracaso matrimonial y justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l ataque terrorista<br />
a mi ciudad y justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la etapa más siniestra <strong>de</strong>l<br />
divorcio (una experiencia que mi amigo Brian ha comparado<br />
con «sufrir un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> coche espantoso todos<br />
los días durante unos dos años»)... En fin, que aquello fue<br />
sencillamente <strong>de</strong>masiado.<br />
David y yo seguíamos teniendo arrebatos <strong>de</strong> diversión<br />
y compatibilidad <strong>de</strong> día, pero <strong>de</strong> noche, en su cama, yo<br />
me convertía en el único superviviente <strong>de</strong> un invierno nuclear<br />
conforme él se iba alejando <strong>de</strong> mí a ojos vistas, cada día<br />
un poco más, como si tuviera una enfermedad infecciosa.<br />
Acabé temiendo la noche como si fuese una cámara <strong>de</strong> tortura.<br />
Me quedaba ahí tumbada junto al cuerpo dormido<br />
36