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Esto acelera el envejecimiento, se reconoce la mortalidad. La mayoría intenta reprimir la crisis y
continuar soportando la carga (Saturno), porque un cambio sería demasiado fuerte. Sin embargo, de
todas maneras hay toma de conciencia. Un pequeño porcentaje comienza a trabajar el cómo y
porqué han llegado a ser lo que son y tendrá el coraje de liberarse.
El 30% que ya ha intentado una definición de sí (Urano) al margen de los sistemas establecidos
(Saturno) siente reactivada la necesidad de romper algunos vínculos, alejarse, reflexionar, ver su
propia realidad y efectuar los cambios necesarios, aunque implique cambiar el curso total de su
existencia.
A los 63 años
Observamos la crisis de conciencia unida a la crisis de acción, el individuo siente la necesidad de
retirarse de las obligaciones y deberes habituales para acceder a una verdadera liberación de Urano,
la libertad que posibilita el conocimiento y la individuación.
El 70% de las personas que no había iniciado su camino de liberación, se sienten atrapadas por los
condicionamientos de su época, hay rebelión psicológica (Urano) frente al retiro por el
envejecimiento (Saturno). En Occidente es un retiro forzoso, dejar de hacer lo que se venía
haciendo, jubilación. La crisis activa (Saturno) implica plantearse nuevas directivas (Urano),
comprender la oportunidad que brinda el tiempo disponible y aprovecharlo. En la medida que la
persona se desapega y retira de su vida cotidiana se vuelve más filosófica. En algunas culturas el
anciano es respetado y puede transmitir su sabiduría guiando a los más jóvenes. En Occidente el
anciano es relegado, falta conexión con la tradición (Saturno), y no se estila aprender a transmitir lo
experimentado a las nuevas generaciones (Urano). Puesto que la tradición no existe se intensificará
la rebelión, la crisis y la confusión, por ello muchos intentan seguir en su profesión violando el
arquetipo natural o se genera la internación de ancianos en asilos, víctimas de enfermedades,
depresión, decaimiento, conducta infantil o dictatorial, reflejo de la necesidad de atención y la falta
de desarrollo individual. Esto continuará hasta que la proliferación nos haga tomar conciencia y
restituir el arquetipo. Esto se dificulta porque el 70% carece de individualidad.
El 30% que se ha definido a sí mismo y redefinido a los 42 años, a los 63 llevarán esta transición
acorde con el arquetipo. Serán maestros experimentados que seguirán participando socialmente
transmitiendo su aprendizaje y satisfacción alcanzada a través de la manifestación de su
personalidad integrada con su alma. Seguirán estudiando, reflexionando y prestando servicio a la
sociedad.
A los 84 años
Son aproximadamente tres vueltas o ciclos de Saturno (creación, desarrollo, muerte o
trascendencia). El proceso de reabsorción comenzó a los 56 años y se aceleró a los 63 por la
influencia de Urano. A partir de aquí tiene lugar una mutación y consumación de un ciclo global. El
individuo cambia a un nuevo estado de ser. Se percibe distinto en tiempo y espacio, vive casi
totalmente dentro de sí mismo, aún así, si elaboró su libertad individual, permanece en contacto con
el medio ambiente en un rol de comunicador social. El propósito de esta etapa es liberar todo el
ser. Conectar lo esencial. Entre estas personas algunas servirán de imagen y ejemplo.
Los tránsitos de Urano, Neptuno y Saturno en Capricornio fomentan la esperanza de que la norma
sea la unidad en la diversidad, superando la ilusión de la unión en la semejanza. Un tránsito de
Urano abre la oportunidad de liberarse de factores condicionantes vinculados a la casa o los planetas