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naturaleza, destino y desarrollo de la raza humana que es de significativa importancia
para el futuro de las ciencias y sistemas educativos de la Nueva Civilización que está
naciendo.
Todo lo que hagamos para contribuir a desarrollar la Astrología Científica como herramienta
no predictiva y sí de autoconocimiento del potencial y de los desafíos que está preparado
para enfrentar cada ser humano (y también cada grupo humano), siempre será útil y bien
recibido.
En tal sentido, para los que aspiramos a ejercer la sagrada profesión de educar, sirviendo a
la humanidad en la medida de nuestra particular posibilidad, es de importancia recordar que
cada ser humano es un uipidil. Un ser único e irrepetible, potencialmente poderoso,
inmortal, divinamente inteligente y libre. Que cada uno funciona en su propio nivel de
percepción de la realidad, y en situaciones kármicas no conocibles, y que es esencial
adoptar una actitud de profundo respeto por estas condiciones, y también la práctica de la
humildad socrática.
Por otro lado, es adecuado recordar que la característica primordial de las investigaciones de
carácter científico es la experiencia personal e intransferible de las cualidades divinas de
los hombres. Una cosa es hablar del amor, y otra muy diferente es irradiarlo. Tratar de
preparar las mentes y los corazones de los hombres para abrirlos a la belleza de lo que
viene implica esencialmente el intento de erradicar el miedo de nuestras vidas. Ejercer con
alegría y libertad debiera ser la expresión habitual de todo Astrólogo Científico. Esperamos
que todos podamos llevar este propósito a la realidad.
María y Carlos