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Urano es símbolo del Aguador, de aquel que está al servicio de distribuir equitativamente la
energía global, en el signo de Aries, se manifiesta como un incansable servidor, un guerrero
desapegado e idealista, un creativo en pos de la manifestación concreta del Plan de luz, amor y
buena voluntad.
URANO EN TAURO (1935-1942)
Con esta posición se destaca el tema del cuerpo, se rompe con las estructuras en lo material,
posibilita la aparición de terapias corporales nuevas. El individuo siente la oportunidad de liberarse
de las limitaciones físicas, se comprende el cuerpo como un sistema de fuerzas y energías,
particularmente eléctrico.
La generación de Urano en Tauro atravesará experiencias que le posibilitarán comprender que la
única forma de conservar algo es compartirlo, entregarlo, liberarlo. Los bienes, si bien se desean
como medio de subsistencia, no se ambicionan más allá de la satisfacción de las necesidades básicas
y de lo necesario para cumplir con el servicio altruista.
Con esta posición se experimenta con el placer-displacer, se aprende a disfrutar del aquí y ahora.
Se innova en el campo de la alimentación, se descubren nuevos ingredientes, combinaciones y se
desarrollan platos culinarios excepcionales.
La belleza es un rasgo que se identifica con la excelencia y es imposible pensar en la individuación
sin este requisito que se exige hasta en los detalles nimios. El grupo se comprende como un
espacio físico determinado, encuentros periódicos y libertad de expresión.
Si bien Urano no se encuentra en su mejor elemento en Tierra, esta posición facilita la manifestación
de la luz uraniana de forma concreta a través de la materia. Los individuos aprenden a expresar
sostén y estabilidad de forma inusual, es decir, en movimiento y con ritmo.
URANO EN GEMINIS (1942-1949)
La generación rompe con los modos habituales de comunicación, aparecen las redes de cable, de
computación. Se acentúa la libertad de ideas y de pensamientos. Es la oportunidad del nacimiento
de la nueva educación.
La persona aprende a liberarse de las opiniones de los otros, va más allá de lo físico, aprende
cuando hablar y cuando callar, es el desafío del silencio. Aprender la diferencia entre reaccionar y
responder. Individuación en el terreno de los pensamientos y de la toma de conciencia.
Urano y Mercurio (regente de Géminis) pueden invocar sobrecarga y generar confusión mental.
Urano en Géminis en Casa 6, por ejemplo, es el arquetipo del pensamiento deductivo lógico, de la
crisis intelectual, confusión por ideas muy revolucionarias.
Con esta ubicación del transformador la persona confronta las preguntas existenciales como, por
ejemplo, ¿Qué es el bien y el mal? Tiene que afrontar el desafío de liberarse de la acumulación
excesiva de información. Buscar nuevas formas de aprender, ordenar, comunicar y analizar la
realidad.