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la página
espiritual
Eduardo Benlloch, SM
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El legado de Jean-Baptiste
Armbruster
DOY EXPLICACIONES Y PIDO DISCULPAS. EN POCO TIEMPO, LA COMPAÑÍA DE MARÍA HA
PERDIDO DOS FIGURAS HISTÓRICAS. JEAN-BAPTISTE ARMBRUSTER Y JOSÉ ANTONIO ROMEO.
HE DICHO DOS FIGURAS HISTÓRICAS, PERO POR MOTIVOS DISTINTOS. UNO, POR SER UN
INVESTIGADOR Y DIVULGADOR INFATIGABLE DE LA VIDA Y DOCTRINA DE NUESTRO FUNDADOR,
EL BEATO GUILLERMO JOSÉ CHAMINADE: JEAN-BAPTISTE ARMBRUSTER. EL OTRO, POR SER UN
HOMBRE “EN MISIÓN PERMANENTE” A LO LARGO DE TODA SU VIDA, CON PROYECCIÓN
PROFUNDA EN BASTANTES PERSONAS DESTACADAS EN EL COMPLEJO MUNDO DE LA SOCIEDAD
ESPAÑOLA ACTUAL: JOSÉ ANTONIO ROMEO. NUESTRA REVISTA VIDA MARIANISTA TIENE
OBLIGACIÓN DE REFLEJAR ESTAS SENTIDAS PÉRDIDAS Y DE RECORDAR SUS EJEMPLOS Y
ENSEÑANZAS. ESPIRITUALMENTE DEBEMOS MUCHO A JEAN-BAPTISTE ARMBRUSTER. EN ESTA
SECCIÓN TIENE PERFECTO LUGAR UN ARTÍCULO DEDICADO A ELLO, AUN INTERRUMPIENDO
LO QUE ESTABA ANUNCIADO. ESTO EXPLICA POR QUÉ DEJAMOS PARA EL PRÓXIMO NÚMERO
LA CONTINUACIÓN DEL TEMA LA CANTORA DE LA REVOLUCIÓN DE DIOS.
El despertar
de un deseo:
conocer mejor
al P. Chaminade
Nos conocimos y convivimos
como seminaristas en Friburgo,
durante la década de los
cincuenta. En aquellos tiempos
prácticamente no había
nada publicado de lo que hoy
llamamos “escritos del P. Chaminade”.
Yacían en los lejanos
Archivos Generales de la Compañía
de María en Roma. Hoy,
afortunadamente, tenemos
muchísimo, no solamente publicado
y difundido sino también
analizado y comentado
en numerosos estudios, tesinas
de licenciatura y tesis de
doctorado. ¿A quién se debe
esta notabilísima mejoría? No
creo exagerar nada, al afirmar
que sobre todo se debe al impulso
permanente y a la labor
incansable de Jean-Baptiste
Armbruster. Nos ha hecho cercano
y accesible a nuestro
El Padre Jean-Baptiste Armbruster.
Fundador.
Se puede decir que él empezó
contagiando su interés a
un grupo de seminaristas de
Friburgo. Utilizando los medios
técnicos del momento, se trató
de aproximar los archivos de
Roma a Friburgo, por medio de
filminas, que se conservaban,
como un tesoro, en la Biblioteca
de Friburgo. Algunos semi-
naristas empezaban a escoger
como tema de su tesis de doctorado
algo relacionado con el
pensamiento del P. Chaminade.
Tengo que decir que yo, en
ese momento, estaba más preocupado
por el estudio de la
Mariología en general, como
una parte de la Teología. Pero
viví aquel ambiente también
con mucho entusiasmo. Era co-