EL CONOCIMIENTO ANTINOMICO
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MOISES VINO~NZI<br />
155<br />
Huír de los extremos; buscar el término medio Pero,<br />
¿en qué límite empieza o acaba la zona media? ¿Et1 dónde<br />
terminanla extrema izquierda y la -extrema derecha r El soldado,<br />
a la hora de tomar el rifle, debe olvidar, si es que los<br />
sabe' todos los matices. Lo contrario del sabio, del artista y<br />
del filósofo, en el instante de buscar su objetivo.<br />
156<br />
El eclecticismo es una tentativa de conocer, sentado,<br />
todos los órganos del paquidermo, con datos suministrados<br />
por otros. iQué se levanten de su silla los ecléetícos y vayan<br />
a comprobar, con sus propias manos, los informes vertidos<br />
por los especialistas, cuyas ideas intentan trascender en la<br />
visión panorámica del conjunto!<br />
. "<br />
157<br />
Las ideas ajenas son lentes ahumados que enturbian la<br />
visión directa de la realidad. Pero hay algo en ellas que nos ti<br />
pertenece; otro matiz de la realidad, que debemos ver sin<br />
anteojos. Vengan, pues, las ideas que no me pertenecen, al<br />
anaquel respectivo. Anaquel, no: bosque de fuentes vivas e<br />
inagotables.<br />
168<br />
Círculos viciosos: pelea, renovada siempre, por la solución<br />
de un problema. Un día de tantos se advierte que no<br />
existía tal problema.<br />
159<br />
Nunca limpiarás bastante la razón, como para que su<br />
maquinaria no roce y no chille. No se puede hablar, por<br />
tanto, de instrumentos del raciocinio "completamente asépticos<br />
de equívocos".<br />
160<br />
Si las palabras pudieran adquirir la apariencia asépde<br />
unas pinzas sometidas al calor del agua hirviente!<br />
161<br />
Por más que lo desees, no podrás desplazarte de tí mismo<br />
ara ejercer -la auténtica imparcialidad. Esto no quiere de-<br />
¡cir que no trates de dar a cada uno lo suyo, aunque lo des a<br />
tu propio modo.<br />
62<br />
Bienvenido lo nuevo, si llega en lugar de lo malo y además<br />
de lo bueno.<br />
168<br />
Cosas v&ga~. "El sentido común"; "El buen sentido";<br />
"El estado normal"; y hasta llegar al ocho acostado. No obstante,<br />
aspiramos a concretar reglas precisas' para administrar<br />
mejor el sentido común, el buen sentido; y referimos,<br />
con gran seriedad, nuestras ideas, al estado normal de un<br />
organismo, de una cultura, de un hombre. Los genios se burlan<br />
de los estados y de los sentidos con brida, más aún, que<br />
los otros.<br />
164<br />
El sentido de la proporción y de la medida, tan' caro al<br />
Atica, tiene de frío lo que en él es científico; y de caluroso<br />
y de bello lo -que se escapa a la cadena científica. Los prototipos<br />
no existen en la realidad. y lo exacto es u~ gesto tendido<br />
a lo ejemplar; a lo que, en el fondo; no existe. La cultura<br />
helena tendía su mano al número para cubrirse, como<br />
en una gruta, contra la bárbara intemperie del mundo.<br />
165<br />
La naturaleza es artificiosa en el caracol, en la flor, en<br />
las alas de los coleópteros y de las mariposas; pero, sobre