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Imnovaciones del Romanismo - Comunidad Cristiana Eben-Ezer

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«Me parece que no debe rechazarse como obra indigna de San Crisóstomo» (26).<br />

Además tenemos á Efrén de Antioquia ( 336), el cual dió testimonio respecto á la<br />

creencia de su tiempo.<br />

«El cuerpo de Cristo que es tomado por los fieles, ni pierde su sensible sustancia, ni<br />

por otra parte permanece separada de la gracia intelectual» (27).<br />

Este pasaje ha sido también alterado con original habilidad en la versión latina <strong>del</strong> editor<br />

jesuita (28).<br />

La notable falta de toda prueba intentada para probar que estos pasajes son espureos ó<br />

para alterarlos ó ponerlos en el Índice Romano como prohibidos, establece el triunfo de<br />

nuestra causa.<br />

Sin más evidencia estamos ahora en posición de retar atrevidamente á los católicos<br />

romanos á que refuten lo alegado, es decir, que la doctrina de la Trasustanciacion es una<br />

moderna invención de su Iglesia.<br />

Pasemos ahora á estudiar lo que se llama «Presencia Real».<br />

Los controversistas romanos pretenden con artificio separar la consideración de esta<br />

doctrina de la de la Trasustanciacion; para ellos son una y la misma. Su «real presencia»<br />

de ellos significa la presencia <strong>del</strong> cuerpo, sangre, (y como dice su catecismo) huesos y<br />

nervios, alma y divinidad de nuestro Señor en la hostia consagrada. Ellos afirman, sin<br />

embargo, que los primeros teólogos ingleses y primeros Padres de la Iglesia<br />

mantuvieron una real presencia de Cristo. Esto es verdad; pero esta presencia era una<br />

real presencia espiritual, sin ninguna idea de una trasustanciacion ó cambio de la<br />

sustancia de los elementos, que es la misma esencia de la supuesta real presencia en la<br />

hostia. Es igualmente verdad, que los primitivos escritores cristianos frecuentemente se<br />

referían á los elementos como el cuerpo y la sangre de Cristo, y aseguraban que el<br />

cuerpo y la sangre son recibidos en el sacramento. Y así lo dijo también el Dr. Watls en<br />

sus himnos.<br />

«El Ser de vida esta mesa entendió.<br />

Con su propia carne y sangre moribundas.» (VI, b. 3)<br />

Y en otra parte.<br />

«Tu sangre, como vino, adorna tu mesa<br />

Y tu carne alimenta cada convidado.» (XIX, b. 3)<br />

Y sin embargo, ninguno acusa á Watls de mantener la doctrina romana de la real<br />

presencia. Pero, ¿quién puede decir de aquí á cien años que no se dirá de él por los<br />

romanos -si es que existen, -que creía en la trasustanciacion?<br />

Por otro lado, es igualmente claro que muchos de los primitivos Padres expresamente<br />

consignaron que no entendían las palabras de nuestro Señor literalmente, sino<br />

figurativamente; y se habla por ellos de los consagrados elementos como tipos, ó figuras<br />

ó símbolos, ó representaciones <strong>del</strong> cuerpo y sangre de Cristo, lenguaje totalmente<br />

incompatible con la idea de una real y corporal presencia de Cristo. De este modo se<br />

dice en la Liturgia Clementina, como consta en las «Constituciones Apostólicas»:<br />

«Nosotros, además, damos gracias, oh Padre, por la preciosa sangre de Jesu Cristo, la<br />

cual, por nosotros fué derramada, y por su precioso cuerpo, <strong>del</strong> cual también<br />

celebramos estos elementos como los antitipos, habiéndonos mandado El mismo<br />

anunciar su muerte» (29).<br />

______________________________________________________________________<br />

(26) Il me semble meme que l'on ne doit pas rejetter comme une piéce indigne de S. Chrisostom. (Dupin.<br />

Nov. Bib. des auteurs Eccles. Tom. III, p. 37. París 1698.)<br />

(27) Ephraem. Thespolitan. apud Phot. Bibl. Cod. CCXXIX, p. 794, Edit_ Rathomag. 1653.<br />

(28) Riveti Critici Sacri lib. IV, cap. XXVI, p. 1148. Roterodami 1652.<br />

(29) Clem. Liturg. in Const. Apost. lib. VII, c. 25, Cotel. Patr. Apostol Amster. 1724.<br />

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