Estudios Revista Ecléctica. Número 106 - Christie Books

la virilidad del hombre
Cómo se conserva y cómo se recupera la
fuerza viril hasta edad muy avanzada.—Medios
científicos naturales para curar la impo-
tencia masculina, sin drogas ni medica-
LOS ENEMIGOS mentos DE LA VIRILIDAD
(Continuación)
Entre los enemigos de la virilidad hay que
considerar como el primero por su extensión
al onanismo, denominado también placer solitario
o masturbación. Su origen lo remontan
los historiadores a los tiempos bíblicos, y se
atribuye a Onán, personaje que se cita en el
libro primero de Moisés.
Su forma habitual es la solitaria, aunque
a veces también se efectúa en común. El individuo
que sufre este vicio provoca la erección
de su miembro viril por medio de manipulaciones
sobre el mismo, y para ello elige
generalmente los lugares solitarios donde se
entrega a este placer morboso, algunas veces
con verdadero frenesí. Se observa este vicio
en una gran parte de los niños, desde los
diez o doce años en adelante, y sería cuestión
que los padres y los educadores estudiaran
con el interés que el asunto merece, las causas
que determinan este vicio.
Se ha comprobado que hay nodrizas y hasta
algunas madres que para conseguir adormecer
a los niños manipulan el incipiente
miembro viril de las criaturas, consiguiendo
con ello producirles una sensación agradable,
pero que, al mismo tiempo, ignorantes de las
deplorables consecuencias de dichas prácticas,
inician al niño en uno de los vicios más
agotadores y de más fatales consecuencias ;
vicio que ya no abandonará al niño hasta la
edad adulta, si antes la tuberculosis no acaba
con su vida.
Otras veces la tenue picazón que produce
la acumulación del esmegma entre el prepucio
y el glande, induce al niño a sobarse el
miembro, y el estímulo que en ello encuentra
le inicia en las prácticas onánicas.
Pueden ser también causas de este vicio la
inducción de sus compañeros mayores que él
ya entregados a este vicio ; otras, el dormir
con personas mayores, tal vez con sus padres
que no se recaten convenientemente para
desnudarse y para ejercer sus funciones sexuales.
Toda compañía inconveniente, en
fin, toda conversación imprudente, puede ser
causa de este vicio por excitar en el niño una
curiosidad malsana, y entregarse a manipu-
laciones extenuadoras cuyas graves consecuencias
desconoce.
El niño en quien haya hecho presa este vicio
busca la soledad, y si fue iniciado por
otro, busca su compañía para con él entregarse
a su viciosa costumbre en lugares apartados
y seguros. Durante la noche, finge que
se duerme enseguida para sustraerse a la
vigilancia, y una vez libre de toda atención
ajena se entrega a la masturbación. Suele
volverse huraño, poco comunicativo aun con
sus mismos padres, y con la vista baja, rehuye
el mezclarse con los juegos de otros
niños por buscar la soledad.
La masturbación es altamente peligrosa en
la edad infantil, porque aunque no hay todavía
erección completa por falta del desarrollo
viril, ni eyaculación porque todavía no existe,
causa un estado de excitación enorme y
una depresión subsiguiente que influye poderosamente
cu todas las demás funciones
de su organismo. Después del acto, su rostro
está rojo y sudoroso, pero luego se vuelve
pálido, inapetente y fácilmente excitable por
cualquier contrariedad, y la repetición de esas
prácticas repercute sobre el estado genera!,
sobreviniendo la anemia, la pérdida del apetito,
el enflaquecimiento, los sudores profu
sos ; su estado mental se vuelve tardo y melancólico.
Pueden-sobrevenir convulsiones y
crisis nerviosas, debidas a la exageración sexual,
ya que para lograr el placer se ve obligado
a forzar cada vez sus órganos que tardan
en responder a sus maniobras culpables.
En la adolescencia y en la edad juvenil es
menos frecuente, pero más peligrosa la masturbación,
porque a la excitación física se
agrega la pérdida del licor seminal que conduce
rápidamente a la depauperación del organismo
y a la tuberculosis. La repetición de
este vicio produce en los jóvenes una laxitud
general y una falta de energías y entusiasmo
impropia de su edad ; un cansancio precursor
de la debilidad que experimenta el organismo
todo, y que lo predispone a la tisis.
En estos individuos, el examen de los órganos
genitales muestra, a veces, la caída de
las bolsas, e! aumento de longitud del miembro,
la aparición de lesiones en la piel, ocasionadas
por los roces continuos y por alteraciones
tróficas de los nervios cutáneos. Suele
presentarse el varicocele o tumefacción venosa
del cordón espermático, y en un período
adelantado, a la hipertrofia genital primitiva
sucede una atrofia marcada. Hay en los casos
graves pérdidas espontáneas de licor uretral
y prostático, y, más tarde, poluciones nocturnas
y diurnas por falta de tono muscular, y
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