Estudios Revista Ecléctica. Número 106 - Christie Books
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—Querido cubo de estupidez y de NADA,<br />
si te creyéramos, todos seríamos ceros en el<br />
exponeate 3, nulidades a la tercera potencia...<br />
Seamos juiciosas y adora en mí a la cuarta<br />
persona de la Muy Santa Complejidad que<br />
tan pobremente llamas Trinidad. Hay hombres<br />
que buscan la cuarta dimensión. Tú<br />
puedes ser el hombre que descubra que el<br />
diablo forma parte de Dios.<br />
El desgraciado canónigo hizo la señal de<br />
la cruz. Si se proponía ahuyentar al Adversario,<br />
se equivocó.<br />
Satanás cogió arabas manos de Apologisteo<br />
y, desplegándolas, dio al cuerpo del sacerdote<br />
la emocionante forma de la cruz.<br />
Y, mientras tanto, se reía, reía como lo<br />
hacen fos chiquillos cuando logran ridiculizar<br />
al maestro.<br />
Y, entre los sobresaltos de su risa, ordenaba<br />
:<br />
—Adora en mí a! creador de Dios, o, por lo<br />
menos, al creador de la unidad, sea ella cual<br />
fuere, de tu dios. Antes de que yo me manifestase,<br />
el Padre, el Hijo y el Espíritu -eran<br />
tres dioses. Al poner ante ellos ai Adversario,<br />
se convirtieron en uno. Adora, pues, el que<br />
cr«ó ¡a más sagrada de las uniones sagradas.<br />
Luego añadió :<br />
—Hace unos años que pronunciaste un hermoso<br />
sermón guerrero que yo te inspiré. Decías<br />
en él : «Gracias a la agresión de los alemanes,<br />
todos los franceses no forman más<br />
que un solo corazón.» Y maldecías de la época<br />
pacífica en la que ¡os «franceses no se amaban<br />
entre sí». Si puedes suponer tiempo en el infinito,<br />
has de admitir que antes de mi aparición,<br />
tus dioses no se amaban. Contra nú son<br />
un solo Dios ; y si yo desapareciese, la unión<br />
se disgregaría.<br />
Apologisteo despertóse a la mañana siguiente<br />
con fuerte dolor de cabeza.<br />
—¡ Ah —dijo—, mi artículo! ¿Tendré todavía<br />
inspiración para escribirlo ? Tomóse<br />
dos tabletas calmantes y, sin otro desayuno,<br />
sentóse a trabajar.<br />
Empezó escribiendo :<br />
«Dios es el cubo de la unidad.»<br />
la fórmula le encantaba, como pasma a veces,<br />
en un lugar tenebroso, una repentina<br />
cascada de pura y vivísima luz. Repetíala<br />
Como una poderosa oración jaculatoria que<br />
contribuía a infiltrarle alegría y orgullo. Mez-'<br />
ciaba en ella cambiantes palabras. Un momento<br />
pronunció a media voz esta frase :<br />
—Aquel pobre San Agustín, menos genial<br />
que yo, no se atrevió a explicar este fácil<br />
misterio, porque carecía en absoluto de mi<br />
genialidad matemática.<br />
HAN RYNER<br />
Delicias del capitalismo<br />
La Industria Azucarera del Colorado (Estados<br />
Unidos de América), tiene empleados en<br />
el cultivo y recolección de la remolacha unos<br />
cinco mil niños de cinco a catorce años, a los<br />
que da un sueldo tan irrisorio, tan sumamente<br />
miserable, que ninguno de ellos podría comprarse<br />
un trajecito con el jornal que percibe<br />
durante seis meses.<br />
Esta industria está protegida por el Estado<br />
por medio de fuertes aranceles aduaneros contra<br />
la importación de azúcar de otras naciones.<br />
El dueño de esta industria, a quien se ie<br />
llama «el rey del azúcar», dio recientemente<br />
un banquete a sus amigos aristócratas ; éstos<br />
•eran en número de 150, y al lado de cada<br />
cubierto había un paquete de cigarrillos. Estos<br />
cigarrillos estaban envueltos en billetes<br />
de cien dólares cada uno, con un papel blanco<br />
superpuesto. Cuando esta manera de destruir<br />
viqueza--fué descubierto, los convidados<br />
üema-ítraron su aprobación con grandes aplausos.<br />
El «rey del azúcar» había querido darles<br />
una sorpresa, y había que premiar la originalidad<br />
; a nadie se le había ocurrido esto<br />
antes.<br />
Su esposa, esto es, «la reina del azúcar»,<br />
como a tal no podía ser menos, y dio pocos<br />
días después una fiesta en honor de su perro,<br />
un pequeño pekinés que .ostentaba en su cuello<br />
un collar de diamantes, regalo de su ama,<br />
valorado en 15.000 dólares (unas 180.000 pesetas<br />
al cambio actual). Este lulú tiene a su<br />
disposición dos criados encargados de su aseo<br />
personal o canino, uno de cuyos criados, no<br />
tiene otra misión que limpiarle los ojos con<br />
pañuelos de seda expresamente bordados,<br />
cuando el «pobrecito» tenga la vista llorosa,<br />
sacarle a paseo, etc., y darle el baño por las<br />
mañanas, para lo cual dispone de una bañera<br />
de oro hecha expresamente. El otro criado<br />
es su cocinero, que se cuida de condimentarle<br />
exquisitos manjares y servirle la comida con<br />
cubiertos también de 010. Este perrito duerme<br />
en una cuna de plata adornada con incrustaciones<br />
de plata con las iniciales de su<br />
ama. Dispone además de zapatos, sobretodo,<br />
sombrilla, y una larga diversidad de collares,<br />
todo lo cual está valorado en unos 30.000 dólares.<br />
La nuestra es una civilización cristiana.<br />
Sería una tontería negarlo. Pero. ante tales<br />
hechos se nos ocurre que seria conveniente<br />
reeditar la Biblia cristiana para que diga las<br />
palabras del divino Maestro de esta otra<br />
forma : «Dejad que los perritos falderos se<br />
acerquen a mí.»<br />
El amor verdadero lo producen, a veces, la*<br />
circunstancias más humildes,—PITIGRILH,<br />
© faximil edicions digitals 2006