revista 2009

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Los profesores de Primaria, de Secundaria y
de Bachillerato permiten hacer las actividades
con sus alumnos pero ellos no participan
activamente para la Semana de la Salud. Se
pretende que sea una actividad desde los Ciclos
hacia los demás niveles.
¿Crees que lo que se presenta en las
Jornadas tiene alguna repercusión en estos
hábitos saludables que queremos implantar
y enseñar en el instituto, sobre todo, a los
más pequeños?
La repercusión sobre la salud de los
alumnos de Secundaria y de Bachillerato es
mínima porque habría que hacer actividades
durante todo el año para concienciarlos. Lo
que sí es cierto es que hasta ahora, todos los
años se ha demostrado que la repercusión
mayor es para los alumnos de segundo de Dietética que se ven más sueltos a la hora de organizar las
actividades, de realizarlas; por ese lado, es muy positivo.
Entonces, desde el punto de vista pedagógico, se han cubierto todos los objetivos previstos.
Sí, totalmente. El objetivo pedagógico está más que cubierto, siempre tiene éxito; si no, no lo haría. El
objetivo de concienciar a los alumnos sobre hábitos de salud es muy relativo porque es una semana al año
y habría que hacer actividades continuamente. La educación para la salud, es algo muy difícil porque hay
que cambiar hábitos y eso es más complicado.
Y la respuesta del alumnado en estos cinco años ¿qué tal ha sido?
Muy buena. Prácticamente todos los años las actividades, casi todas, salen a la perfección y normalmente
me llevo sorpresas positivas con el trabajo de los grupos de alumnos y con los talleres.
¿Y lo negativo que has observado?
¿Negativo de la Semana de la Salud? Un poco de descontrol, porque son muchas actividades concentradas
en una semana; tiene que estar todo muy coordinado: cualquier fallo u olvido trastoca todo lo demás. Pueden
surgir mil cosas que se resuelven sobre la marcha, pero el problema, sobre todo, es de coordinación.
¿Recuerdas alguna anécdota?
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