07.05.2013 Views

Descargar pdf - Diputación Provincial de Almería

Descargar pdf - Diputación Provincial de Almería

Descargar pdf - Diputación Provincial de Almería

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

46<br />

Francisco López Moya<br />

—Nosotros somos <strong>de</strong> Alcolea —les dijo Soraya el primer<br />

domingo que se encontraron.<br />

De entre los recién llegados <strong>de</strong>stacaba, por su apostura y<br />

modales, un joven <strong>de</strong> unos veinte años, <strong>de</strong> abundante pelo negro y<br />

mentón fuerte, que acompañaba a dos <strong>de</strong> sus hermanas y a su madre.<br />

—Entonces somos casi paisanos —contestó el joven, que durante<br />

unos momentos pareció estar fijándose en uno <strong>de</strong> los varones que<br />

acompañaban a Soraya y al fin dijo—: yo a ti te he visto alguna vez<br />

pero ahora no caigo dón<strong>de</strong> ha sido.<br />

Enseguida volvió la vista hacia Soraya, pues su belleza era tal<br />

que todos los varones, incluidos los señores, volvían la cabeza para<br />

admirarla.<br />

La alcoleana, que acudía a la misa por mandato <strong>de</strong> sus<br />

obligaciones como cristiana nueva, no prestaba atención a la<br />

liturgia y aprovechaba aquella larga hora para pensar, recordar o<br />

soñar. El capitán le había sorbido el seso y, aunque seguía teniendo<br />

dudas sobre la sinceridad <strong>de</strong> sus palabras, cuando sentía sus besos<br />

se transportaba hasta el paraíso, la realidad, <strong>de</strong> momento, podía<br />

esperar.<br />

“Estoy segura <strong>de</strong> que en futuros encuentros intentará poseerme,<br />

¿qué podré hacer entonces?”.<br />

Sus hermanos, al igual que los <strong>de</strong>más hombres, ocupaban los<br />

bancos <strong>de</strong> la izquierda, que estaban separados <strong>de</strong> los <strong>de</strong> las mujeres<br />

por un pasillo <strong>de</strong> unas dos varas <strong>de</strong> anchura.<br />

“¿Qué será <strong>de</strong> ellos si no cedo a los <strong>de</strong>seos cada día más<br />

exigentes <strong>de</strong>l capitán?”. Por otra parte pensaba “¿tendré fuerzas<br />

para oponerme cuando lo <strong>de</strong>seo tanto como él?”. Durante<br />

unos momentos recordó las caricias <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> sus enaguas. La<br />

provi<strong>de</strong>ncial llegada <strong>de</strong> sus compañeras <strong>de</strong> alcoba interrumpió<br />

lo que ella hubiera sido incapaz <strong>de</strong> parar. Sorprendida, no pudo<br />

reaccionar y se quedó muda, en cambio él, con más sangre fría<br />

y más dominio <strong>de</strong> sí mismo, dijo:<br />

—Ya sabes —tenía la cara encendida y la respiración agitada—,<br />

cualquier cosa que necesites no tienes nada más que <strong>de</strong>cirlo, me<br />

alegro <strong>de</strong> comprobar que estás restablecida por completo.<br />

Todavía recordaba las risitas y las bromas <strong>de</strong> sus compañeras:<br />

“Podías haberle dicho lo que en realidad necesitas”.<br />

Las risas fueron coreadas por las otras. Luego vinieron los<br />

chispeantes consejos que hicieron que la morisca se refugiara en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!