Mensajes - Revelaciones Marianas

Necesito la oración de Mi Iglesia, ‘que ore precisamente por sí misma’. Una Iglesia orante, es
una Iglesia victoriosa, triunfadora. Hoy más que en otro momento, todos aquellos que se llamen
cristianos deben orar con ahínco, con tesón, y ofrecer sacrificios, ayunos, y unirse en uno sólo, sin
distingos.
Hijos hay quienes en un país y en otro, en un continente y en otro, en todo el mundo, buscan cómo
usurpar Mis templos para cometer sacrilegios y así causar dolor a Mi Corazón. Ustedes deben ser
valientes para profesar la fe, ustedes no deben callar, deben proclamar su fe.
Buscan mil maneras para acercarse a Mí; y hay una llave,
es la llave maestra que abre la puerta de Mi Casa,
que les abre la puerta espiritual para que ustedes se acerquen más a Mí.
ESTA LLAVE ES EL AMOR.
Hoy les llamo: amado Pueblo Mío, amada y fiel Iglesia Mía a unirse en amor, a no
derribarse como acostumbran algunos hoy, como si se tratara de una tala de árboles y al igual lo
hacen sus semejantes; les pongo este ejemplo porque así como deforestan hoy Mi naturaleza, Mi
creación, así hoy muchos están deforestando Mi Iglesia para secarla, para dejarla árida, para secar la
fuente de Mi Amor y de Mi Misericordia ante la humanidad: MAS NO ES ASÍ, MI FUENTE DE AMOR
Y MISERICORDIA ES INAGOTABLE Y ES PARA TODOS, PARA TODOS.
Les llamo Mis amados hijos, a amarse, a ser un solo corazón de amor en el corazón de Mi
Madre Santísima y en Mi Corazón. No usen bajo ninguna circunstancia el don de la palabra para
talar el honor, el prestigio y la dignidad de un hermano. No hay cosa más dolorosa que traspase
tanto el corazón de Mi Madre y Mi Corazón que el escuchar a muchos que casi viven dentro de Mis
templos, auxiliando a Mis ministros y pasan horas de rodillas, y después los escucho usando su
lengua como espada de doble filo contra sus propios hermanos. ¡Ustedes Iglesia Mía, no lo hagan!
Mis fieles, utilicen el don de la palabra para amar y no para herir, para exaltar las virtudes
de los hermanos y no para acabar con la dignidad de muchos inocentes. Y a quienes no crean
inocentes, déjenme ese juicio a Mí, que aquel que se cree sabio, ante Mí no es tan sabio porque Yo
soy la Sabiduría infinita. Aquel que se cree muy fiel, quizás no es tan fiel porque está dando muerte
a un hermano con su lengua usándola como ‘espada de doble filo’. Aquel que se cree muy paciente
deja de ser paciente cuando dice que es paciente. Aquel que cree ser luz, deja de recibir Mi luz
cuando dice que es luz.
Por eso les he llamado tanto a la humildad, el humilde sabe lo que posee y como lo sabe no
tiene que gritarlo a viva voz porque como Yo, sabe callar, al reconocer que hay Alguien más grande
que hablará por él.
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