Mensajes - Revelaciones Marianas

mandamientos establecidos, los sacramentos, cumpliendo las obras de misericordia, cumpliendo
cuanto escrito está.
¡Sí!, existe el cielo, tanto es así que tengo preparada una mesa en donde sentaré a mis elegidos,
a mis fieles, a aquellos que por libre albedrío han decidido vivir una vida recta, a aquellos que en
cualquier momento de su vida se han arrepentido y se arrepentirán de corazón, “en espíritu y
verdad”. Pero para aquellos que hoy están negando la existencia de un lugar de padecimiento
después de la muerte para quienes no han llevado una vida unida a Mí, debo decirles que sí existe el
castigo para los que a sí mismos se niegan la salvación.
NO SOY UN DIOS QUE CASTIGO,
NO SOY UN DIOS INMISERICORDE, MI MISERICORDIA ES INFINITA, MAS EL HOMBRE SE
CASTIGA A SÍ MISMO Y DESPUÉS DE DEJAR LA TIERRA, CONTINÚA SUFRIENDO POR LOS PECADOS
COMETIDOS.
¡Sí!, existe un lugar de sufrimiento, y no lo deben negar puesto que si existe el cielo y Yo moro
en él, existe también un lugar de sufrimiento, para aquellos que han vivido toda su vida sumidos en
el pecado y nunca, nunca se han arrepentido.
YO ESPERO HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO,
MI CORAZÓN Y MI AMOR SON INFINITOS,
Y EL ÚLTIMO INSTANTE, EL ÚLTIMO HÁLITO DE VIDA ES PARA MÍ
LA OPORTUNIDAD DE VERTER MI MISERICORDIA INFINITA
EN UNA CRIATURA.
MI MADRE INTERCEDE CONTINUAMENTE
POR CADA UNO DE MIS HIJOS
Ella “la llena de gracia”, la que durante esta Semana Mayor enluta su corazón nuevamente
conmemorando Mi entrega, Mi pasión y Mi amor.
Ella se duele al mirar cómo niegan la existencia de Mi Casa y niegan la existencia de un lugar de
sufrimiento que se forja el mismo hombre puesto que, al negar el sufrimiento por los pecados
cometidos, están negando MI CRUZ, y quien niega Mi Cruz, no me conoce, no me ama. Quien niega
Mi Cruz, no me ama, no me reconoce y cuando me llama Padre, cuando me llama: ¡Señor!, ¡Señor!
miente, porque niega lo más grande, niega el símbolo de mi amor infinito, niega el símbolo de mi
entrega infinita, el cual es mi Cruz, ese árbol al cual me abracé con amor, al cual me abracé y
padecí y sufrí por cada uno de ustedes.
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