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La insoportable levedad del ser - Bibliotecas Públicas

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Todas las personas consideran que el amor de sus vidas puede <strong>ser</strong> algo leve, sin<br />

peso alguno, como algo que tiene que <strong>ser</strong> asignado por el destino: “Es Muss Sein!”, decía<br />

Beethoven. Tomás se repite a sí mismo esta frase, que en español vendría traduciéndose<br />

por un “tiene que <strong>ser</strong>”. Un poco arbitraria resulta la aseveración de Beethoven pero, sin<br />

duda alguna, las cuestiones que en nuestras vidas se presentan de una u otra forma pese a<br />

las circunstancias, tienen que <strong>ser</strong> como aparecen. Quizá esté en nuestras manos cambiar el<br />

“tiene que <strong>ser</strong>”, pero ello implica contrariar el poder de la todopoderosa naturaleza. Sin<br />

embargo, en los asuntos humanos, sí podemos decidir si las cosas “tienen que <strong>ser</strong>” así o no.<br />

<strong>La</strong> Casualidad<br />

<strong>La</strong> historia de Tomás y Teresa sucede en Praga, en medio de la invasión rusa a la<br />

República Checa, es decir, durante la Guerra Fría. Ambos se conocieron a través de una<br />

<strong>ser</strong>ie de coincidencias que podrían parecer absurdas pero que, al mismo tiempo, son reales:<br />

“Hace siete años se produjo casualmente en el hospital de la ciudad de Teresa un<br />

complicado caso de enfermedad cerebral, a causa <strong>del</strong> cual llamaron con urgencia a consulta<br />

al director <strong>del</strong> hospital de Tomás. Pero el director tenía casualmente una ciática, no podía<br />

moverse y envío en su lugar a Tomás a aquel hospital local. En la ciudad había cinco<br />

hoteles, pero Tomás fue a parar casualmente justo a aquel donde trabajaba Teresa.<br />

Casualmente le sobró un poco de tiempo para ir al restaurante antes de la salida <strong>del</strong> tren.<br />

Teresa casualmente estaba de <strong>ser</strong>vicio y casualmente atendió la mesa de Tomás. Hizo falta<br />

que se produjeran seis casualidades para empujar a Tomás hacia Teresa, como si él mismo<br />

no tuviera ganas” (Pág. 44)<br />

¿Es la casualidad un factor determinante en los aconteceres de la existencia?<br />

Perfectamente todo podría <strong>ser</strong> casualidad, el conocer a las personas en ciertas situaciones y<br />

lugares, el que a alguien le ocurra un accidente o una situación suertuda. Estas casualidades<br />

hacen un poco absurda la existencia, por lo cual hay que esperar la adecuada cadena de<br />

casualidades que nos permitan sentirnos a gusto en la vida.<br />

Kundera pretende hacer ver estas casualidades como elementos que hacen<br />

<strong>insoportable</strong> la existencia, en tanto leve. “Solo la casualidad puede aparecer ante nosotros<br />

como un mensaje”, enfatiza el narrador de la historia, para contar que lo que ocurre<br />

necesariamente todos los días, y se repite, ya no dice nada. Por esta razón, la casualidad está<br />

llena de encantos que hacen interesante la vida humana y permiten, por ejemplo, que dos<br />

personas se conozcan. Tomás y Teresa se unen con otras casualidades como lo son el amor<br />

hacia la música de Beethoven y la lectura de Tolstoi, pues ambos comparten ese gusto. De<br />

ahí que su mascota se llame Karenin, en honor a la obra maestra de Tolstoi: Ana Karenina.<br />

<strong>La</strong>s palabras incomprendidas de Franz y Sabina<br />

Tomás y Teresa no son los únicos que sienten la <strong>insoportable</strong> <strong>levedad</strong> de su <strong>ser</strong>.<br />

También se encuentran Franz y Sabina, cuya historia se desarrolla en la travesía por<br />

diversas ciudades como Ginebra, Ámsterdam o Nueva York. Franz se entrega al<br />

enamoramiento y es capaz de sucumbir por el amor de Sabina, aunque esté casado con otra<br />

mujer llamada Marie-Claude. Él viaja constantemente por el mundo, llevando consigo a<br />

Sabina, para poder disfrutar su amor en donde nadie pueda molestarlos. Pese a esto, Franz<br />

no logra comprender en el fondo a Sabina y viceversa. Sus incomprensiones dan pie para<br />

un gran diccionario en el que se acuñan términos como:<br />

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