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Nº 01 Noviembre 2008 - AECCPRE

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ExtremaduraPRE<br />

16<br />

De cómo Nace y se Cría un Potrillo de PRE en Libertad<br />

Estas vivencias que voy a narrar las he<br />

observado en mi quehacer diario en<br />

el campo y, por supuesto, no tienen<br />

nada de imaginación ni fantasía, aunque, por<br />

su inverosimilitud, algunas lo parezcan.<br />

El mayor porcentaje de partos en las<br />

yeguas suelen acontecer de noche, y si así<br />

no fuese, de lo primero que se protegen es<br />

de la presencia humana; por lo que pocas<br />

personas han visto parir yeguas en libertad;<br />

igualmente se protegen del viento y<br />

las lluvias entre matorrales y riscos y, por<br />

supuesto, de las alimañas, por su indefensión<br />

en esos momentos de dolor y esfuerzo,<br />

en los que están totalmente tendidas,<br />

ignorando todo lo que les rodea.<br />

En los partos en libertad, si las yeguas<br />

están con un tratamiento preventivo de algunas<br />

de las enfermedades que provocan.<br />

abortos, el porcentaje de éxitos suele ser<br />

muy alto. Los problemas se suelen tener,<br />

cuando en los lugares que buscan para parir<br />

se encuentra algún riachuelo; ya que en<br />

esos momentos de indefensión del potrito,<br />

en los que intenta mantenerse en pie, puede<br />

caer en alguno de ellos. Para no correr esos<br />

riesgos, se procurará tener las yeguas en<br />

avanzado estado de gestación en cerrados<br />

libres de grandes humedades y fangos.<br />

Una vez que la yegua ha expulsado la<br />

cría, se levanta y como él queda en el suelo,<br />

se desprende de ambos el cordón umbilical;<br />

la madre comienza a lamerle todo su cuerpo<br />

masajeándole y estimulando su corazón, desprendiendo<br />

a la vez la membrana interna que<br />

le ha envuelto dentro del útero, de esta forma<br />

se impregna del olor que le va a distinguir<br />

de todos los demás. Es tan fuerte la unión de<br />

la yegua con el potrito por su olor, siendo<br />

igual al de la placenta fetal que terminará ex-<br />

pulsando una vez concluido el parto; que si<br />

tuviésemos la mala suerte de tener en poca<br />

diferencia de tiempo otra yegua recién parida<br />

y esta se desgraciase en el parto (cosa que<br />

he vivido en más de una ocasión, no en mis<br />

yeguas pero si en ganado lanar y vacuno), si<br />

al huérfano le impregnásemos de ese mismo<br />

olor, envolviéndolo en la placenta desprendida<br />

de la primera yegua, esta le querría igual<br />

que al suyo y criaría a ambos a la vez.<br />

Hay muchas más razones para concluir<br />

que el olfato es, en los primeros días del potro,<br />

el mayor lazo de unión entre madre e<br />

hijo. Bastaría meter en un lugar oscuro una<br />

yegua con un potro que no fuera suyo para<br />

comprobar que, no sólo no le daría de mamar,<br />

sino que además no tranquilizaría hasta<br />

que no tuviera el suyo a su alrededor.<br />

Cuando el potrito logre mantenerse<br />

en pie, buscará las ubres para mamar los<br />

primeros calostros, con los que además de<br />

aumentar sus defensas, por contener anticuerpos<br />

maternales, le darán fuerzas para<br />

dar sus primeros respingos; y a partir de<br />

esos momentos, andará y trotará tras la madre<br />

para unirse a la piara.<br />

Y los días posteriores en los que la cría<br />

no hace otra cosa que mamar y dormir, la<br />

madre saldrá en busca de alimentos a sus alrededores,<br />

pero si detectase la presencia de<br />

algo que pudiera hacerle daño se dirigiría a<br />

él, llamándole con un relincho que es su nuevo<br />

lazo de comunicación en la distancia y que<br />

sólo ambos distinguen; si no reaccionara al<br />

llegar junto a él. le manotearía su cuerpo con<br />

dulzura y suavidad para alejarse del posible<br />

peligro. Si en la piara se encontrara el semental,<br />

en algunas ocasiones, él también protegerá<br />

a ambos hasta comprobar que se defienden<br />

por sí mismos o ya amainó el peligro.<br />

Por Ramón Jiménez Díaz<br />

Transcurridos nueve o diez días desde el<br />

parto, la yegua saldrá en celo dependiendo de<br />

su estado físico, de si su alimentación es buena<br />

y equilibrada y de las horas de sol (que son<br />

los principales factores que estimulan el celo).<br />

Dicha circunstancia el semental la irá detectando<br />

de manera progresiva hasta conseguir<br />

de la yegua una entrega y complicidad total,<br />

que sólo logrará cuando ésta, además de tener<br />

el celo en su plenitud, también tenga a su cría<br />

protegida de posibles golpes. Razón por la cual<br />

nadie habrá visto una cubrición en libertad de<br />

una yegua parida sin que su cría, en el momento<br />

del coito, no se encuentre bajo su cuello y<br />

cabeza, que es el lugar más seguro como demuestra<br />

la ilustración adjunta a estas líneas.<br />

Otra curiosidad que no quiero pasar por<br />

alto es la desproporcionalidad con la que<br />

las crías nacen; entre otras cosas, la región<br />

fronto-nasal suele ser cóncava, esto asusta a<br />

algunos ganaderos por desconocer que se va<br />

a rectificar considerablemente con el transcurso<br />

del tiempo hasta llegar a ser convexa.<br />

Todos tienen el dorso corto y las extremidades<br />

largas, lo que llamamos lejos de tierra,<br />

y por estas dos últimas razones no hay<br />

ningún potrito que no meta los posteriores<br />

en su paso considerablemente (lástima que<br />

no todos lo hagan en su madurez...).<br />

La mayor desproporción la tienen en el<br />

cuello, siendo éste muy corto, lo que facilitará<br />

el acceso a las ubres y en la gran longitud<br />

de sus brazos; tanta es esta diferencia entre<br />

cuello y brazo que cuando comienza a comer<br />

sus primeras hierbas tendrá que adelantar uno<br />

de sus brazos y atrasar el opuesto en una magnitud<br />

mucho mayor que sus mayores. Con<br />

estas desproporciones que hemos comentado<br />

es muy difícil encontrar semejanza con sus<br />

progenitores hasta pasados uno o dos años.<br />

A. E. C. C. P. R. E. Asociación Extremeña de Criadores de Caballos de Pura Raza Española

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