Nº 01 Noviembre 2008 - AECCPRE

Asociación Extremeña de Criadores de Caballos de Pura Raza Española
Vemos pues que la evolución de nuestro protagonista comportó, al mismo tiempo que se iba
diferenciando un solo dedo que con el tiempo se recubriría de un sólido casco, un aumento considerable
de la talla y la evolución de una dentadura cada vez más eficaz. El escenario en el que
vivieron las formas más ancestrales de nuestros caballos fue América, pero con el tiempo y con el
cambio de las condiciones ambientales, estos habitantes fueron desapareciendo de sus cuarteles
americanos a los que no retornarían hasta que los españoles, durante la conquista, volvieron a
llevarlos a sus tierras de origen.
Llegados a los tiempos modernos, los caballos domésticos (Equus caballus) para algunos descienden
todos del caballo de Przewalski de Mongolia. “Esta especie es la única de la que han derivado los
caballos domésticos en toda la variedad de tamaño, constitución y color” (1) . En cambio para otros
esto no parece probable debido a que la fórmula cromosómica del caballo doméstico difiere de la
del caballo de Przewalski “Queda excluido el caballo de Przewalski, en virtud de un factor desconocido
(…), nos referimos que esta especie se caracteriza por una estructura celular embrionaria que
le es propia; sus núcleos celulares contienen un número determinado de cromosomas, ¨estructuras
en forma de bastoncillos… que se consideran portadoras de los factores hereditarios¨(…). La dotación
cromosómica del caballo de Przewalski difiere numéricamente de la que presentan los caballos
domésticos” (2) .
Sí se incluye como probable antepasado de nuestros caballos al Tarpan, que era, hasta que se extinguió
en el siglo XIX, un caballo salvaje que habitaba el este de Europa y el oeste de Rusia. Fue utilizado
por los pueblos mediterráneos que conocían el carro como los celtas, los hititas y los griegos. Caballos
modernos de morfología parecida a estos son los que parecen representar las pinturas rupestres de las
cuevas de Cantabria.
Pasado el tiempo ya no se habla de diversas especies sino de distintos tipos de caballos que fueron
los que cazaron los pobladores del Paleolítico y los que posteriormente domesticaron. Los caballos
de Pura Raza Española descenderían de un grupo con aspecto de pony que habitaba el oeste de Asia
y que dio lugar “a multitud de razas domesticas, a las que ha legado muchas de sus cualidades, entre
ellas su belleza” (2) .
Sería el cartaginés Asdrúbal el que trajo a España casi dos mil yeguas que se cruzaron con los caballos
que ya habitaban la Península Ibérica, cuyos descendientes ya en tiempos de los romanos eran
famosos por su velocidad, como relata Plinio en su Historia Natural “Es sabido que en Lusitania, cerca
de Olisipón y del río Tajo, las yeguas colocadas de cara al Favonio conciben con un soplo fecundante y
que la cría se engendra y nace extraordinariamente rápida…” (3) . Velocidad y belleza que convirtieron
Caballo de Cancho Roano.
Museo Arqueológico de Badajoz.
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A. E. C. C. P. R. E.