Mitos y leyendas del Agua en el Peru: Recopilados por ... - WSP
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<strong>Mitos</strong> y <strong>ley<strong>en</strong>das</strong> <strong>d<strong>el</strong></strong> agua <strong>en</strong> <strong>el</strong> Perú<br />
Un grupo de salvajes buscaba afanosam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un retiro lateral derecho la llave de oro.<br />
Aunque desconocían <strong>el</strong> incalculable valor de la r<strong>el</strong>iquia, no obstante su instinto natural les<br />
decía que era muy apreciable. Lanzaron los can<strong>d<strong>el</strong></strong>abros y otros armam<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> su pret<strong>en</strong>cioso<br />
afán de <strong>en</strong>contrarla; pero no pudieron cumplir su cometido.<br />
El sacristán, qui<strong>en</strong> manejaba la codiciada llave, no pret<strong>en</strong>dió escapar sin <strong>el</strong>la. Sólo él<br />
sabía dónde escondía <strong>el</strong> pequeño tesoro, de modo que asiéndola con sumo cuidado salió <strong>por</strong><br />
la puerta de escape y tomó <strong>el</strong> camino que va a Laur<strong>el</strong>. Los atacantes vieron a aquél escaparse, y<br />
a medida que corría, la cad<strong>en</strong>a dorada se balanceaba <strong>en</strong> su mano reflejando los brillantes rayos<br />
de sol. Lo persiguieron, más <strong>el</strong> huidizo cetrero al s<strong>en</strong>tir desvanecerse <strong>por</strong> <strong>el</strong> cansancio llegando<br />
a la laguna de Laur<strong>el</strong>, arrojó la llave con su cad<strong>en</strong>a. El que traía la custodia hizo lo mismo, y<br />
a medida que éstas se hundían, las aguas com<strong>en</strong>zaron a borbotear como llegadas al punto de<br />
ebullición. Las gotas de agua formaron cristalinas columnas, semejantes a la de un geiser, y al<br />
alzarse dispersaba la luz de la tarde convirtiéndolo <strong>en</strong> un maravilloso espectáculo iridisc<strong>en</strong>te.<br />
— ¡Por Dios! ¡Qué milagro!…–dijo, fascinado, <strong>el</strong> sacristán.<br />
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