Versión completa en pdf - IES La Arboleda

4
CTUALIDAD
Apenas pasadas 24 horas del
salvaje atentado terrorista en
Madrid, y con el corazón aun
encogido y los ojos llorosos, la
comunidad educativa del instituto se
reunió en el patio para participar en
una lección conjunta. No se trataba
esta vez de ecuaciones, de oraciones
ni de biología. Esta vez se trataba de
afianzar en el fondo del corazón de
todos la compasión por el ser
humano, de reivindicar la palabra
como única garantía válida de la
convivencia. Algunos habían
plasmado sus manos blancas en
cartulinas, otros agarraban con
convicción un “no al terrorismo”,
más allá otros lucían lazos negros a
modo de crespones de luto y,
muchos, lloraban. Mientras,
11 de marzo: la sinrazón de la muerte
La lección más triste
improvisados portavoces iban
leyendo en voz alta, lo que era el
sentir de todos: rabia, indignación,
impotencia... Por una vez la clase no
se dividió entre los que atienden y
los que “pasan”, éramos un círculo,
la unión ante el dolor. Durante las
h o r a s a n t e r i o r e s h a b í a mo s
comentado, aún asustados, lo
ocurrido; e incluso después en las
clases siguientes seguimos
i n t e n t a n d o c o m p r e n d e r l o
incomprensible. Pero durante ese
cuarto de hora verdaderamente
comprendimos el valor de estar
unidos ante la adversidad e
intentamos transmitirnos coraje unos
a otros. Fue la lección más triste en
la historia de nuestro centro.
José Manuel Galán
“Sólo deseamos que todo este infierno acabe,
que no tenga que morir más gente inocente,
solamente deseamos hacer un llamamiento y rogar
que esta guerra sin cuartel cese, que los civiles dejen
de caer, y que las lágrimas sólo broten de felicidad
el día que la paz llegue, que el miedo desaparezca
y que el dolor no exista.”
“Con las víctimas,
por la libertad
y contra
el terrorismo.”
(Fragmentos de los comunicados leídos
por los alumnos del IES La Arboleda
en la mañana del 12-M)
“Ayer comenzó a salir el
sol como pasa en un día normal;
inocentes ciudadanos se despertaron
como de costumbre: se vistieron,
se asearon, desayunaron, sin
saber cómo los intereses egoístas
de unos asesinos daban fin a sus
vidas expuestas a una muerte no
correspondida.
No tuvieron tiempo de despedirse
de sus familias, no sabían
tampoco lo que se ocultaba en esas
trágicas vías de tren donde muchos
vivieron sus últimos minutos.”
“Ayer, día 11 de marzo, a
primera hora de la mañana, una
noticia nos llenó el corazón de rabia,
mucha rabia, impotencia y desolación.
Esta fue, como todos sabéis,
la masacre cometida por un
grupo terrorista en Madrid, a consecuencia
de la cual cerca de doscientas
personas han perdido la
vida por el mero hecho de estar a
las ocho de la mañana en el tren de
cercanías que los transportaba, como
cada día a su trabajo, a sus centros
de estudios, etc.”
“Es indignante la impotencia
que causaron estos atentados.
Los centenares de familias afectadas
que nunca olvidarán a aquel
ser querido que vio truncada su
vida –en muchos casos en plena
juventud– por culpa de unos insensibles
que, sin saber lo que quieren,
se entretienen matando a gente
inocente.”