Las aventuras del bachiller Trapaza - IPFW
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42 ALONSO DE CASTILLO SOLÓRZANO<br />
Era notablemente entremetido, el solicitador de los votos 210 para<br />
las cátedras, el que daba los tratos 211 a los nuevos que comienzan a<br />
cursar, el que cobraba las patentes 212, el que rotulaba 213 a los<br />
catedráticos. Finalmente, el divertimiento de todos, pues con sus<br />
agudos dichos y sazonados donaires se llevó el primer lugar <strong>del</strong><br />
gracejo y le podían venir a pidir instrucciones los confirmados<br />
bufones de la casa real para parecer menos fríos 214. Sólo un despejo<br />
como el <strong>del</strong> sujeto desta historia se pudo atrever a quedarse en<br />
Salamanca en menor esfera de la en que se quiso introducir; pero, si<br />
no lo hiciera, ¿qué materia tuviera este volumen para llegar a crecer<br />
en provecho de los que tratan de divertirse?<br />
Había llegado a Salamanca un barbero italiano que, desterrado de<br />
Madrid (donde al presente está la Corte <strong>del</strong> gran Felipe Cuarto,<br />
monarca de las Españas), se vino a esta ciudad. Era único en su<br />
facultad de quitar barbas y esmerábase sobre todos en la curiosidad,<br />
porque las aguas de olor que tenía eran muy finas y muchas, las lejías<br />
para la barba muy olorosas, los jabonetes muy suaves, la herramienta<br />
muy sutil y, sin esto 215, era grande hombre de limpiar los dientes.<br />
Tenía consigo dos oficiales que acudían a afeitar a la gente ordinaria y<br />
a asistir en la tienda, y él sólo iba a las casas de caballeros conocidos,<br />
haciéndose pagar muy bien su curiosidad <strong>del</strong>los.<br />
Enfadó su presunción al <strong>bachiller</strong> <strong>Trapaza</strong> y el ver que tan<br />
interesal 216 fuese el italiano; y así, concertó con otros amigos gorrones<br />
de su humor que fingiesen haber venido un caballero indiano <strong>del</strong><br />
Perú a estudiar en Salamanca (cuya persona quería él hacer) y que le<br />
llamaba para hacerle la barba.<br />
Prevínose de unos lindos calzones y jubón de color, de una capa<br />
de grana con oro, de un bonete de cama muy fresco, con sus puntas, y<br />
a la casa de un ciudadano (que se aderezó con ricas colgaduras y<br />
cama para el propósito) fue llamado nuestro barbero, diciéndole<br />
antes quién era el que le llamaba y que en él tendría un lindo<br />
parroquiano 217.<br />
210<br />
<strong>Las</strong> vacantes de catedrático se cubrían por voto de los estudiantes.<br />
211<br />
Novatadas, matracas, burlas.<br />
212<br />
Un ‘impuesto’ que los veteranos imponían a los novatos.<br />
213<br />
En las paredes, se entiende. Debe referirse al clásico ‘VICTOR’.<br />
214<br />
Sosos, sin gracia.<br />
215<br />
Fuera de esto, además.<br />
216<br />
Interesado.<br />
217<br />
Cliente habitual.