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Las aventuras del bachiller Trapaza - IPFW

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44 ALONSO DE CASTILLO SOLÓRZANO<br />

—¿Qué es eso? —dijo <strong>Trapaza</strong>.<br />

—Hanme abrasado —dijo el barbero— estos criados de vuesa<br />

merced con el agua que me han echado.<br />

—Pues, ¿qué pensaba el rapista? —dijo el socarrón—, ¿que se<br />

había de lavar con agua fría quien ha menester mudar el pellejo para<br />

tocarme al rostro? Así se acostumbran lavar los barberos que me<br />

afeitan; y síguense de aquí dos provechos: el uno es que se mondan el<br />

cuero de las manos para tocarme con cuero nuevo, y el otro, que los<br />

ensayo por si fueren al Purgatorio o al Infierno, que ya habrán hecho<br />

algunas caravanas 227 de penas.<br />

Calló el barbero a todo esto, viendo que le estaba bien sufrir esta<br />

pena por el interese de hacer una barba que le había de ser bien<br />

pagada. Comenzó, pues, a hacérsela, y a cada rapadura quería que se<br />

lavase las manos. Hízolo muchas veces, y después de haberle cansado<br />

de mil impertinencias, desde las nueve de la mañana hasta las doce,<br />

cuando le tuvo hecho el pelo y la barba, que era poca, le limpió con<br />

mucha prolijidad 228 los dientes, en que tardó otra hora larga,<br />

volviéndose a lavar las manos antes.<br />

Después que hubo acabado su obra le mandó pagar; diole un<br />

criado un cuarto segoviano 229, poniéndosele disimuladamente en la<br />

mano. Tomolo el barbero pensando que era doblón en el tacto; que la<br />

fe de entender que un caballero que él juzgaba tan principal le hizo<br />

pensar era oro lo que era cobre.<br />

Salió de casa, y ya estaba prevenido lo que le había de suceder por<br />

poco confiado, porque como mirase la moneda que le habían dado y<br />

viese ser solamente un cuarto, presumió que el criado le hacía aquella<br />

burla, aprovechándose de lo que su amo le había mandado dar, y que<br />

le salía cara, tras de 230 haber trabajado cuatro horas largas y sacar de<br />

allí quemadas las manos.<br />

Volvió, y subiendo a la sala, encontrose con el pagador de la barba<br />

y díjole:<br />

—Señor galán, vuesa merced me ha dado por mi trabajo este<br />

cuarto: debe de haber sido yerro; suplícole que me dé lo que su dueño<br />

mandó darme.<br />

El bellacón le respondió muy en sí 231:<br />

227<br />

Serie, sarta.<br />

228<br />

Esmero, cuidado.<br />

229<br />

Acuñado en la Ceca de Segovia. El ‘cuarto’ valía 4 maravedís.<br />

230<br />

Después de, tras.<br />

231<br />

En su papel; ‘en situación’ dicen los actores.

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