Por un Feminismo sin Mujeres – CUDS - Biblioteca Fragmentada
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Alejandra Castillo<br />
XX no definirá su práctica en <strong>un</strong>a com<strong>un</strong>idad de pertenencia, no pretenderá ser<br />
generadora de instituciones. Una clase paradójica o <strong>un</strong>a clase no clase, según la<br />
famosa expresión de Bertrand Russell, la política feminista debe ejercitarse en la<br />
tarea imposible de constituir <strong>un</strong>a clase <strong>sin</strong> partido, en afirmar negativamente su<br />
propia negatividad. ¿Es esto posible? ¿Es posible cambiar el m<strong>un</strong>do <strong>sin</strong> tomar el<br />
poder? <strong>Por</strong> citar <strong>un</strong>a frase que ha gozado de cierta fama ¿Se puede acaso aventurar<br />
la experimentación de <strong>un</strong> feminismo cyborg, cómo querría Haraway, absolutamente<br />
inapropiable? Así lo cree el feminismo contemporáneo. Retomando la vieja agenda<br />
radical del feminismo, el feminismo contemporáneo se alejará de las políticas<br />
afirmativas e identitarias para optar por el cuestionamiento y crítica de <strong>un</strong>o de los<br />
pilares del pensamiento moderno: la idea de “humanidad”.<br />
Quizás aquí sea necesario otro breve desvío hacia la agenda radical del<br />
feminismo olvidada, tal vez, por las premuras de las políticas afirmativas del<br />
género. En 1791, Mary Wollstonecraft escribía la Vindicación de los derechos de la<br />
Mujer. En este texto, Wollstonecraft cuestionaba la pretendida <strong>un</strong>iversalidad de<br />
los derechos del ciudadano y la porfiada insistencia de vincular a las mujeres a la<br />
esfera de la familia como el principal lugar de realización para ellas. No debo dejar<br />
de mencionar que este libro se escribe influenciado por la prof<strong>un</strong>da decepción que<br />
le provoca ver que la Revolución Francesa no cambiaba de manera sustancial el<br />
lugar que las mujeres ocupaban en la sociedad, en otras palabras, seguían siendo<br />
las subordinadas en el nuevo orden que se imponía. A<strong>un</strong>que con <strong>un</strong>a diferencia: el<br />
nuevo orden las convertía en las guardianas de la familia. En el mismo año, 1791,<br />
Olympe de Gouges, estimulada por la impresionante participación de las mujeres<br />
en la Revolución Francesa y por el tremendo descontento por el sesgo sexista que<br />
iba tomando la revolución de los derechos, escribía Los derechos de la mujer y la<br />
ciudadana. Dos años después de esta impugnación a la idea de ciudadanía y a la de<br />
derechos (en tanto masculinamente centrados), Olympe de Gouges será ejecutada.<br />
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