SegundaEdicion2012

de la época Glam y el hipismo.
Además, no está solo, sus amigos, igual de “raros”
a él, con los cuales comparte cada domingo una tertulia
musical, con músicos reales, interpretan esas
canciones de su juventud, que gozaron y por lo
tanto, no las dejan morir.
Mientras tanto, los vecinos que para él, son de mentes
cerradas y negadas a la realidad. Obsoletas, reniegan
y lo critican y no entienden que es un amante
al rock and roll, libre y que son sus criticas, las que
alimentan su extraña forma de vivir. Como en la historia
del rey cuerdo en un reino de locos, así se
siente, pues no escucha música para todo el barrio,
no se le ve borracho y tampoco sale a criticar y chismorrear
por ahí, odia la algarabía, la bulla, a los drogadictos
que… “se llevan los sueños de futuros
Rockers”, al reggaetón y sobre todo… odia al
mundo, pero es ese odio de padre, al ver que un hijo
se equivoca.
No tiene hijos y está contento de ello “nadie me ha
amarrado, nunca he tenido que ir a comprar un
pañal, con esa plata me compro una cerveza, pasada
con rock and roll… y a dormir”, más adelante me
dijo: “no digo que no me falte una chica, alguien con
quien comer, salir, hablar… pero si algo he tenido
claro, es que el amor, desvía los sueños, prefiero
pasar todo un día tocando guitarra...”. Es un buen
hombre para mis ojos, comparto muchos de sus pensamientos.
Finalmente agregó “también recibo por
parte de los seres neutros, criticas poco constructivas
y morales, por eso, tengo en cuenta siempre que la
mejor solución a una crítica tonta es hacerse el
tonto”.
“Ha considerado que el mundo está perdido y
que no tiene remedio, que la esperanza es lo último
que se pierde y de eso… ya casi ni tenemos.
“
Mientras Pedro sigue con su rock and roll, las vecinas
se amargan la vida y amargan las otras, siendo
de manera involuntaria vampiros psíquicos, los cua-
les se deleitan por ver quien llega tarde o no llega,
quien sale bravo o contento, quien tiene zapatos nuevos
o compró carro. Por lo tanto yo sigo haciendo un
análisis ya de manera inconsciente sobre, algo tan
normal en todos los barrios existentes del mundo.
La guitarra de Pedro se escucha en la noche, fragmentos
de canciones que puedo reconocer Back in
Black, Balls to te Wall, escalas pentatónicas y base
de Blues. Seguramente mis vecinas, están viendo las
novelas mexicanas, en donde todo es tragedia y música
melancólica. Entonces, no aguanto las ganas de
salir y averiguar estos mundos, de música y T.V, me
vuelvo como un escurridizo cazador que investiga su
próxima presa, fijando sus ojos en algo más que sus
movimientos, sino también en su entorno, rock, novelas,
lloriqueos y solos de guitarra, pasan por mi cabeza
a mil por hora y me quedo, sin que nadie lo
note, mirando a través de las ventanas, de esta manera
me di cuenta que… sin querer me convertí en
un vecino chismoso, en un fantasma de las cortinas.