SegundaEdicion2012

ELLAS TODOS LOS DÍAS SE PARAN EN LA ESQUINA
Un sábado a las diez y media de la noche, Carolina
con su hermana Lina, van por la cuadra
del barrio con un atuendo un poco
extravagante y un maquillaje resaltante y en la esquina
se montan en una camioneta último modelo.
Al siguiente día salgo a comprar las arepas y las dos
peladitas iban regresando a su casa. Pero me pareció
algo sospechoso y raro. En la tarde bajaron al parque
y hablaron con unos muchachos, todos raros que venden
drogas. Cuando ellas recibieron la droga, la
mamá las llamó y las regaño. Ellas no le hicieron
caso. Un día las viejas chismosas de la cuadra estaban
diciendo que esas muchachas eran prepagos y vendían
drogas. Me aterré. Volví a verlas otra vez, vestidas
de esa forma. Lo confirme. Un día llegó un tipo
en un carraso y les estaba cobrando. Ellas estaban
nerviosas. Le dijeron que volviera en la tarde. Eso se
quedó así por ese día.
Mi mamá estaba hablando conmigo sobre una amiga
que se estaba reuniendo con esas prepagos y me dijo
que no le volviera a hablar, y no le volví hacer. Una
vez la mamá de las chicas estaba hablando por teléfono.
Pasaba por ahí y la escuché diciéndole al marido
que esas niñas se le habían salido de control por
él haberlas abandonado, que ellas no lo hacen por necesidad,
porque con ella no les hace falta nada. Es
porque quieren abrir esas patas. Pensé sobre lo que
sufre esa señora, ver a sus hijas vendiendo drogas y
escondiéndolas de la policía.
Por: Daniela Marín Pava
Una noche una señora llamó a la policía y las pillaron,
se las llevaron en un camión. Luego esa señora
le tocó ir por esas peladitas por allá y llegó llorando
y les alegaba. Una de ellas se ennovio con uno de
esos viciosos. Él duerme ahí y todos venden drogas.
Ellas todos los días se paran con ellos en la esquina
y mantienen diciéndole a las señoras de por mi casa
groserías e indirectas, porque ellas los zapearon. Ellas
no estudian, ni hacen nada. Yo las he escuchado decir
que eso no las incomoda, ni les dan cosquillas los
problemas, ni los resultados o cicatrices que les deje
por andar por la vida fácil. Una quedó embarazada
de alguno de tantos babosos. Ella se fue y le contó y
él la arrastró por toda la cuadra del pelo y le dijo que
era una perra, que quien sabe si ese muchachito era
de alguno con los que se acostaba y que no la quería
volver a ver porque le daba miedo que le pegara una
enfermedad. A él le daba asco de ella y de ese engendró
que tenía en la barriga. Ellas más tarde aborto al
niño. Y dejó de andar con esos tipos. Ella sigue de
prepago y todas las noches se va con esos tipos en carros
lujosos esperándola en la esquina.