Vals sin fin - Bernardo Ruiz

universo y la tierra.
Regresó al convento, aguardó en vela el amanecer, licenció a sus criados y se
despidió de sus amigos y hermanos. Se retiró al monte (llamado años más tarde del
Caballero). Construyó un refugio de ramas y arcilla. comía frutos silvestres y tomaba agua de
un arroyo. A veces bajaba a la ciudad para escuchar los oficios; entonces la gente le regalaba
de limosna un poco de pescado y carne secos. El rostro de Gozon era triste y apacible.
Nadie olvidaba a Gozon. Los ruegos de los hermanos y la insistencia de Villaret
tuvieron efecto en el corazón del maestro Casasís. Villaret argumentaba que Gozon, tras la
expulsión, estaba castigado. Pero se podía solicitar nuevamente su ingreso a la cofradía, si los
hermanos lo consideraban digno de volver a la orden. Helión de Casasís se dejó convencer.
Citó a concilio a los caballeros de Rodas. Nadie se opuso a su regreso. Gozon tampoco.
Durante muchos años la cabeza del ofidio se exhibió en una de las puertas de la
ciudad de Rodas. A la muerte de Gozon, en 1353, tanto los hospitalarios, como los pobres,
como los habitantes todos de la isla de Rodas, lloramos su pérdida. Y para no olvidar su
hazaña, colocamos obre su tumba, en lengua provenzal, la inscripción:
2 Aquí yace el vencedor del dragón.
Ci–git le vainqueur du dragon 2
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