Cuando los padres se van - Emeequis

| EMEEQUIS | 06 de abril de 2009
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repisa
* Periodista y
escritor. De 1999 a
2006 fue miembro
del Consejo
General del IEDF
omnia08@gmail.com
Por Eduardo R. Huchim*
Lecturas para
los días santos
Estos días de vacación son propicios para darse una
zambullida en las siempre placenteras hojas de los libros.
Propongo al lector algunas obras de diferente índole, talante
y autor.
• Mr. Vértigo (Anagrama, 2001) es una deliciosa novela
del estadunidense Paul Auster, poseedor de una fértil
imaginación que se retrata en una prosa que cautiva. En
esta obra ambientada en la época de la Gran Depresión
en Estados Unidos, el místico y prestidigitador Yehudi
le ofrece al huérfano Walt enseñarle a volar y habrá de
cumplirlo, previo paso por un período de disciplina muy
parecido a la penitencia cuaresmal que confluirá en la
Pascua pero no de una manera brusca sino gradual.
Una buena descripción de este libro fascinante la escribió
Joanna Scott en Los Angeles Times: “La novela es
una apasionante quimera que nunca deja de lado el mundo
real. Un libro mágico que nos proporciona una visión
panorámica de estilo extraño, violento y paradójico que
pronto dejaremos atrás”.
• El asesino es el mayordomo, de Octavio Rodríguez
Araujo (Orfila y Jorale Editores, 2008), es el segundo
thriller político de este profesor emérito de la UNAM.
Para mí es una prueba de que cuando el politólogo, el periodista
o el cronista no pueden plasmar en un ensayo o
en una crónica o reportaje lo que está ocurriendo, porque
carecen de pruebas, o bien porque quieren atisbar el futuro,
recurren a la ficción.
Debo decir que, pese a su título, en este libro no hay
ningún mayordomo, pero sí, el asesino es el mayordomo.
Por supuesto, no soy un aguafiestas, así que no explicaré
cómo y por qué se da esta aparente contradicción, aunque
sí puedo decir que el autor se revela como un sibarita que
no sólo describe prolijamente los platillos sino que incluso
nos dice cómo prepararlos.
Su minuciosidad lleva a aportar datos curiosos como
éste: los neonazis, que son el eje de la novela, usan el número
18 en recuerdo de Adolfo Hitler —sus iniciales corresponden
a las letras 1 y 8 en el alfabeto— y del mismo
modo el 88 lo emplean en alusión al célebre saludo nazi:
Heil Hitler!
El asesino es el
mayordomo
El último
encuentro
1988: El año
que calló el
sistema
La ruptura
que viene
La sombra
del viento
Gomorra