Version_estenografica_Gasoducto Baja Norte - Semarnat

herramientas, los ranchos, los corredores históricos y otras características
arqueológicas que poseen los restos de miles de años de historia humana
e interacciones con los paisajes de nuestra región, desafortunadamente
entre san Diego y Ensenada mucho de lo que era el patrimonio cultural
arqueológico ha sido destruido y se sabe aún relativamente poco sobre
quienes habitaron aquí durante gran parte de su historia.
Los recursos culturales que existen a lo largo del trayecto del gasoducto
potencialmente nos puede brindar claves cruciales para entender los
patrones de asentamientos, manejo de recursos naturales por parte de los
indígenas patrones regionales de trueque, cambios en la cultura e historia
antigua de la región en Bajamar, un área aledaña a las excavaciones
revelaron un número sorprendente de artefactos incluyendo muchos
indicadores diagnósticos que iluminaron la prehistoria de la región, el
patrimonio arqueológico no puede ser reemplazado, es un recurso no
renovable, una vez destruido se pierde para siempre, desafortunadamente
el interés de las compañías de energía para disminuir los costos y avanzar
con sus planes tan rápido como sea posible, ha creado cronogramas de
construcción que no consideran el tiempo normal requerido para el manejo
apropiado de los recursos culturales.
El caso del Gasoducto Baja Norte, un proyecto de Sempra Energy, nos da
un ejemplo aterrador de la diferencia entre las preocupaciones expresadas
por la compañía sobre su compromiso de respetar la leyes y reglamentos
sobre recursos ambientales y culturales y la triste realidad de sus acciones,
el Gasoducto Baja Norte va del área de Mexicali a Tijuana cortando una
franja de 25 metros de ancho por 222 kilómetros de largo el proyecto
desarrollado por Gasoducto Baja Norte S. de R.L. de C.V., se desplazó
rápidamente a través del desierto, subió la ladera este de la Sierra Juárez
del área de la Rumorosa y ya había penetrado 50 metros en el sitio
arqueológico de Vallesitos, un lugar importante de arte rupestre que ha sido
designado como una área cultural protegida por el gobierno federal y
visitada por miles de personas cada año.
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