La mujer sorprendida en adulterio, o Miseria y ... - Believers Chapel

Señor, excepto por el Espíritu Santo (cf. 1 Co 12:3). Ella no se excusa
en lo absoluto, sino que espera por su palabra.
Su respuesta (Jn 8:11b-d).
¡Le siguen las palabras del único capaz de lanzarle una piedra a ella!
Fueron: “Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más”.
Estas palabras traen al incidente a una conclusión adecuada y
dramática. Jesús, tampoco condenará a la mujer. Eso no significa, por
supuesto, que Él aprueba el pecado, o aun que lo condone, porque Él
dice: “Vete; no peques más”.
En la palabra “condeno” está la idea de una condenación divina. Es la
palabra encontrada en la forma de un sustantivo en Romanos 8:1. Con
el negativo el pensamiento resultante el del regalo de una nueva
posición, y Él es capaz de conferir esto por virtud de lo que Él hará en
el Calvario (Ver Ro 8:3). Él será condenado en el lugar de ella.
La admonición a no pecar más, la que en este ejemplo se puede
traducir como no continúes pecando o no peques más, debe resultar
en un nuevo estado. Fue además, estoy seguro, una palabra de
esperanza para ella, aun a pesar de la sociedad en que ella había
hecho su hogar.
Es la opinión de algunos comentaristas que Jesús no perdonó a la
mujer, sino que sencillamente la invitó a enmendar sus caminos 9 ”.
Godet comenta: “Lo que le dijo Jesús a esta mujer no se puede
confundir con una declaración positiva de perdón, como la que se
encuentra en Lucas 7:48 y 50. Ella no había venido a Jesús en fe
como esa pecadora contrita, y Él sencillamente le dio tiempo para que
se arrepintiera y creyera. Fue una declaración de sufrimiento, no de
justificación 10 ’” Por otra parte, se puede decir que, si Cristo la despidió
y solamente la estimuló a que se reformara, entonces había algo que
faltó en su trato con ella.