LIC. DEMETRIO FRANCO - MINTS español

LECCIÓN 2
LAMENTOS DEL PROFETA
“Si no estás en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud
con que afrontes ese sufrimiento.” 12 (Viktor Funkl)
INTRODUCCIÓN
El profeta Jeremías había profetizado la destrucción de Jerusalén, sus profecías están plasmadas en su libro
de Jeremías, pero aquí en el libro de Lamentaciones el profeta está viviendo el cumplimiento de sus
profecías, la realidad del cumplimento le causa asombro al profeta: “¡como ha quedado la ciudad
populosa!” con esos términos que manifiestan admiración y espanto se abre toda una lluvia de expresiones
lamentatorias que bañan todo el contenido de este libro de Lamentaciones. Si abre el corazón para el
estudio de este capítulo, de seguro recibirá aliento para afrontar con éxito los momentos de aflicciones que
pueden tocarte en un tramo determinado de tus pasos por la vida.
2.1. TRISTEZA EN JERUSALÉN (CAP.1)
Son innumerables las formas en que el ser humano puede hacer manifiesto conductual en el cual ponga en
evidencia el dolor, que en mucho de los casos puede significar llorar con lagrimas, sollozar desde lo
profundo del interior del ser, emitir expresiones de lamentaciones en momento donde se asoma la
impotencia, quejidos, algunas veces solo implica muecas o retorcimientos de dolor. En este caso el
profeta expresa su dolor con un torrente de expresiones nostálgicas. Observemos algunas de sus
expresiones en este primer capítulo (6-11).
“Desapareció de la hija de Sion toda su hermosura;
Sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto,
Y anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.
7 Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase,
Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones,
Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos.
La miraron los enemigos, y se burlaron de su caída.
8 Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella ha sido removida;
Todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza;
Y ella suspira, y se vuelve atrás.
9 Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de su fin;
Por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, y no tiene quien la consuele.
Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
10 Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas;
Ella ha visto entrar en su santuario a las naciones
De las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación.
11 Todo su pueblo buscó su pan suspirando;
Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh Jehová, y ve
que estoy abatida” 13 .
12 Portal Electrónico: www.sabidurias.com
13 Santa Biblia, R.V.1960.