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por los dos elementos, el aire y el agua, que ascienden y descienden como<br />
ella. ¿Acaso la tierra asciende y desciende?...<br />
Pero lo que también hay que comprender es que, a pesar de ser diferentes en<br />
cuanto a naturaleza, función y aspecto, el espíritu, el alma y el cuerpo son de<br />
la misma esencia. Lo que difiere en ellos es el grado de materialización: el<br />
cuerpo es el espíritu condensado; el espíritu es el cuerpo sutilizado; y el alma<br />
es el intermediario entre ambos.<br />
Consideremos el caso del agua. La encontramos la mayoría de las veces, en<br />
estado líquido, sin duda, pero también existe en estado sólido (el hielo) o en<br />
estado gaseoso (el vapor). Sigue siendo agua, siempre se trata de la misma<br />
sustancia, pero en estado más o menos sutil bajo el efecto del calor. El hielo<br />
es sólido, pero esto es tan sólo una apariencia; en realidad, su naturaleza es<br />
más sutil, ya que puede convertirse en líquido.<br />
El cuerpo, el alma y el espíritu son pues una misma sustancia, pero en<br />
estados más o menos condensados o sutiles. Por esto los alquimistas enseñan<br />
que sólo existe una materia universal, y que a partir de esta materia, a través<br />
de diferentes grados de condensación, se han creado los metales, los<br />
cristales, las flores, la carne de los animales, de los humanos, el aire, el<br />
fuego, etc. ¡Qué acertados estuvieron! El cuerpo es una condensación del<br />
espíritu, el espíritu es la materia que ha vuelto al estado de energía pura. Por<br />
ello los alquimistas afirman también que con las dos operaciones "solve"<br />
(disolución) y "coagula" (condensación), todas las transformaciones son<br />
posibles. Y ¿cómo? A través del calor. El calor, en un grado más o menos<br />
elevado actúa sobre la materia para darle una mayor o menor densidad. El<br />
fuego es, pues, el agente mágico que da a cada cosa su forma..., su<br />
naturaleza; el oro posee cierta cantidad de calor, la plata otra, el plomo aún<br />
otra distinta etc. Si el adepto encuentra este fuego, este agente mágico,<br />
puede transmutar el plomo la plata o el hierro en oro y viceversa, transformar<br />
el oro en hierro, etc. Sólo que naturalmente, este fuego de los alquimistas no<br />
es el mismo fuego de los palanqueros y de los herreros, sino el fuego sutil, el<br />
fuego oculto, el fuego filosófico.<br />
¿Veis ahora con mayor claridad lo que es el alma? Es el lazo de unión, es la<br />
vida que bebéis, que coméis. Sí, este espacio entre la yema del huevo y la<br />
cáscara, entre el centro del círculo y su periferia, todo este espacio es el alma.<br />
El espíritu es un punto casi imperceptible, mientras que el alma es una<br />
inmensidad porque para poder alimentar al espíritu, el alma debe ser<br />
inmensa. El espíritu tiene hambre y se come al alma, y ésta tiene que ser<br />
infinita para satisfacerle. Ya lo veis, aunque el alma lo alimente, el espíritu<br />
sigue siendo siempre un punto, y su tamaño no aumenta.<br />
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