Descargar libro Maná para el Alma I - Iglesia "El Renuevo"
Descargar libro Maná para el Alma I - Iglesia "El Renuevo"
Descargar libro Maná para el Alma I - Iglesia "El Renuevo"
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Maná</strong> <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>Alma</strong><br />
tieron que llorásemos con <strong>el</strong>los.<br />
Cuando Job sufrió tantas pérdidas incalculables, vinieron 3 "amigos" a<br />
tratar de consolarlo. En realidad lo que decían los tres, en síntesis, era que<br />
seguramente Job había cometido algún pecado o pecados graves: ¡sus<br />
pérdidas eran un castigo por su maldad!<br />
En Job 16:2 este patriarca sufriente tiene que decirles: "¡Consoladores<br />
molestos son todos ustedes!" Si bien es recomendable buscar gente compasiva<br />
que nos contenga, también es cierto que necesitamos apartarnos de<br />
personas imprudentes y hacer oídos sordos a quienes tratan de explicarnos<br />
"por qué" nos pasó tal crisis. Frases tales como: "Dios tiene un propósito en<br />
todo esto", o peor aun "eso te pasó por algún pecado en tu vida", NO AYU-<br />
DAN A NADIE.<br />
3. Pedir a Dios en oración verdadera objetividad frente a la pérdida.<br />
"Lloré mucho porque no tenía zapatos, hasta que vi a una persona que<br />
no tenía pies". No importa cuán grande ha sido nuestra pérdida, siempre<br />
encontraremos otras personas que han sufrido mucho más que nosotros.<br />
Al observarlos nos damos cuenta de que nuestro problema no es tan catastrófico<br />
como nos parecía al principio.<br />
Recuerdo que una vez vino a nuestra iglesia "<strong>El</strong> Renuevo" una señorita<br />
que había trabajado en una obra misionera en África durante un año.<br />
Estuvo colaborando con un hogar <strong>para</strong> huérfanos. ¡Nos contó que <strong>el</strong> 80%<br />
de los habitantes de ese país tenía alguna mutilación en sus cuerpos<br />
debido a los largos años de continua guerra civil! Esta información aumentó<br />
nuestra compasión por los países más necesitados que <strong>el</strong> nuestro. Nos<br />
hizo más agradecidos por lo que disfrutamos cada día, que a veces no<br />
valoramos y nos motivó a orar y ofrendar más <strong>para</strong> misiones.<br />
En la Biblia está la historia d<strong>el</strong> patriarca Job, que ya mencionamos, uno<br />
de los más antiguos de la narración sagrada. Él sufrió primero la pérdida<br />
de todos sus ganados y bienes. Más tarde perdió a sus 10 hijos y por último,<br />
su salud. Sabemos que unos meses después Dios le restituyó todas las<br />
cosas. Pero <strong>el</strong> dolor y la tristeza de este hombre fueron inmensos. Aun su<br />
esposa en su momento más terrible ¡le exhortó <strong>para</strong> que maldijera a Dios<br />
y se muriera!<br />
No hay duda de que <strong>el</strong> Señor puso esa historia en la Biblia <strong>para</strong> consolarnos<br />
a nosotros que sufrimos alguna pérdida importante. Dios mismo en<br />
tres distintos pasajes de ese <strong>libro</strong> testificó que Job era un hombre recto, honesto,<br />
fi<strong>el</strong>, moral, buen padre y esposo. También que era generoso <strong>para</strong> compartir<br />
sus bienes con los pobres, además de otras virtudes. Sabemos que sus<br />
167