LAS TRES BASES DE LA VIDA - OMRAAM

vida; por eso sus cabellos, comienzan a encanecer. Sin fe, sin una mente madura,
no se puede servir a Dios. Yo discrepo con la opinión de quienes afirman que no
es necesario gran conocimiento. Nosotros necesitamos una mente divina y
comprensiones divinas. Es preciso estudiar matemática, biología, astronomía,
ciencias naturales; debemos comprender el vínculo que existe entre los animales
y entre las plantas, pues nada en el mundo carece de importancia. Por eso
debemos amar a cada planta, a cada animal y cuando estemos juntos a ellos
debemos trasmitirles nuestros buenos pensamientos. No penséis que el mundo es
malo. Si el mal existe la causa está en nosotros; por eso es preciso saber corregir
el mundo de adentro hacia afuera. Por consiguiente, comenzad a corregir vuestros
pensamientos y pasiones. Hay pasiones que queman, así como hay pensamientos
capaces de dar vida. Ahora las fuerzas de la naturaleza se someten a la mente
humana. Si queréis aprovechar esta ley debéis tener fe y amor, así Dios os dará
un nuevo método para observar las cosas. Recién entonces podréis decir que
vuestro pensamiento es correcto. Pero ahora decís: hay agua o no la hay. Esa es la
fe del gitano del cuento. Aplicad el amor y la fe y mediante esa prueba
comprenderéis el problema mucho mejor. Yo podría explicaras todo esto
matemáticamente, con la actual álgebra y geometría, pero pocos de vosotros
podrían comprenderme. ¿Qué profesor de matemática ha logrado convencer a sus
alumnos sobre la verdad de sus teorías? Se estudian teorías, muchas reglas, pero
cuando se trata de aplicarlas en la vida no se sabe cómo hacerla. Los hombres de
la nueva enseñanza saben cómo aplicar una energía en la vida orgánica. Me
refiero a los Hermanos Blancos que viven entre nosotros. Si los recibís, ellos os
van a ayudar y vosotros os haréis portadores de la nueva cultura, del nuevo cielo
y de la nueva tierra que ahora se están creando. El nuevo pensamiento no admite
errores. Si recibís alguna hipótesis mantenedlas como tales, pero en vuestra
mente deben permanecer aquellas verdades capaces de ser plenamente
demostradas.
"Ahora os vaya relatar un cuento de Tolstoi: '"Cierta vez fue llevado a un
rey un grano de trigo tan grande como un huevo de gallina. Como en esa época
no existían granos semejantes por su tamaño, el rey mandó a llamar al hombre
más anciano de su comarca y le preguntó si en su juventud se daban esos granos
en los trigales del lugar. El anciano, que había llegado a palacio apoyado sobre
dos muletas, le respondió que nunca había visto granos iguales, pero agregó que
quizá su padre los conociera. El padre del anciano llegó desde muy lejos a
requerimiento del rey y venía apoyado sobre una muleta. Mas tampoco en su
tiempo existían tales granos. Ante la preocupación del rey intentó tranquilizarlo
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