NUTRICIÓN DE LA MUJER ADULTA ESTHER CASANUEVA

puede observar, si se conserva un mismo peso
corporal y una misma producción de leche
por día, a la par que se modifica la actividad física,
es posible encontrar diferentes necesidades
energéticas. Así, una mujer de 50 kilogramos
sin gran actividad física, que produce 750 gramos
de leche por día, requerirá cerca de 10 megajoules
(2400 kilocalorías) diarios de energía;
pero si esa misma mujer se somete a una actividad
física intensa, necesitará cerca de 14 megajoules
(3600 kilocalorías) para seguir produciendo
el mismo volumen de leche.
A partir de las relaciones entre consumo de
alimen-tos, actividad física y pérdida de peso, es
posible explicar el hecho de que algunas mujeres
no sólo no pierden peso durante la lactancia,
sino que lo ganan. Tal vez estas mujeres
tienen consumos de energía muy por arriba
de las necesidades impuestas por la lactancia,
o quizás restringen mucho su actividad
física, o reúnen ambos factores.
Por otra parte, en comunidades con alta
prevalencia de desnutrición, las mujeres no
disponen de los medios necesarios para incrementar
su consumo de alimentos durante
la lactancia, tienen que realizar actividad
física intensa y a lo largo del embarazo no
han tenido oportunidad de depositar grasa en
forma suficiente, por lo que sus posibilidades de
tener una lactancia exitosa son muy esca-sas.
Aun en estas condiciones, en determinados
casos es posible identificar a mujeres que logran
lactar sin deteriorar todavía más su estado
de nutrición, gracias a que se pro-ducen
adaptaciones en su gasto energético.
Como es bien sabido, el gasto energético
de un individuo está dado por sus necesidades
basales (gasto en reposo), la termogénesis
alimentaria (o efecto calorigénico de los
TABLA 12. Efecto de la nicotina, el etanol y la cafeína sobre el feto y el neonato
alimentos) y su actividad física. Se han observado
ajustes en esas tres áreas durante la
lactancia, lo que explica la eficiencia materna
en este proceso fisiológico.
Gasto en reposo
Es de esperarse que durante la lactancia
se produzca un incremento en el gasto energético
en reposo, debido al trabajo de síntesis.
De hecho, esto es lo que ocurre en pobla-ciones
con un adecuado estado de nutrición. Sin
embargo, en algunos estudios realizados con
mujeres desnutridas que lactan se ha encontrado
una disminución de cerca de cinco por
ciento en el gasto en reposo, lo que pudiera expli-car
por qué logran lactar sin desnutrirse aún
más 84
Termogénesis
Este rubro representa sólo 10 por ciento del
gasto energético de un individuo, por lo que
ahorros en este renglón son muy poco significativos
con respecto al gasto energético total.
Pese a ello, se han encontrado disminuciones de
entre dos y tres por ciento en el incremento del
gasto en reposo por efecto calorigénico, que representan
un ahorro aproxi-mado de 480 kilocalorías84
Actividad física
Evidentemente, en el rubro de la actividad física
es posible realizar ahorros más significativos
de gasto energético sin poner en peligro la vida
de la mujer. Por ello, se debe procurar que las
mujeres con bajo peso limiten lo más posible su
actividad física durante la lactancia. 84 En cuanto
a los indicadores bioquímicos del estado de
nutrición, por el momento se carece de criterios
de normalidad y ni siquiera se cuenta con
pautas generales para su interpretación, por lo
que en general no proporcionan información valio-