VI Concurso de Relatos recuperados de la tradición ... - Hartu Emanak
VI Concurso de Relatos recuperados de la tradición ... - Hartu Emanak
VI Concurso de Relatos recuperados de la tradición ... - Hartu Emanak
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>la</strong>s tierras, y <strong>la</strong> familia <strong>de</strong>cidió quedarse en casa a escuchar <strong>la</strong>s<br />
historias tan emocionantes que le habían pasado. No se olvidó<br />
tampoco <strong>de</strong> contar <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> aquel hombre al que ayudó y <strong>de</strong>l<br />
cual no había vuelto a tener noticias. Al terminar <strong>de</strong> re<strong>la</strong>tarles <strong>la</strong><br />
historia, <strong>la</strong> familia se sintió orgullosa <strong>de</strong> lo que había hecho por<br />
aquel<strong>la</strong> persona.<br />
Los días siguientes los pasó trabajando en <strong>la</strong>s tierras que su<br />
padre tenía. Aquel pueblo pasó muchas dificulta<strong>de</strong>s por <strong>la</strong> guerra,<br />
porque no tenían casi ni para comer. Al no tener gente joven para<br />
cultivar <strong>la</strong>s tierras, estaban <strong>de</strong>siertas y ahora que estaban regresando,<br />
se pusieron a trabajar en el<strong>la</strong>s. En aquel instante tenían que<br />
recuperar el tiempo perdido por <strong>la</strong> guerra.<br />
Una mañana <strong>de</strong> intenso trabajo, como casi todas, mi bisabuelo<br />
se encontraba en una tierra cercana al pueblo. A lo lejos vio llegar<br />
a un hombre con un carro que se dirigía hacia el molino <strong>de</strong>l pueblo.<br />
Éste era el único molino <strong>de</strong> <strong>la</strong> zona, por lo que todo el mundo<br />
que necesitaba moler su grano, pasaba por allí. A medida que el<br />
carro avanzaba <strong>la</strong> silueta <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> persona iba siendo más c<strong>la</strong>ra,<br />
hasta que mi bisabuelo se sorprendió porque había reconocido a<br />
aquel hombre: era Baltasar, <strong>la</strong> persona que había salvado años<br />
atrás en <strong>la</strong> Batal<strong>la</strong> <strong>de</strong>l Ebro <strong>de</strong> una muerte segura. Baltasar bajó <strong>de</strong><br />
su carro y le dio un abrazo tan fuerte que casi le ahoga.<br />
Estuvieron dando un paseo mientras hab<strong>la</strong>ban <strong>de</strong> todo lo que<br />
habían pasado juntos. Mi bisabuelo Juan le preguntó a Baltasar<br />
por qué se había marchado sin <strong>de</strong>cir nada, y Baltasar le dijo que <strong>la</strong><br />
última noche vio <strong>la</strong> oportunidad <strong>de</strong> escapar y como ya casi estaba<br />
recuperado, así lo hizo, no quería comprometerle más.<br />
Tuvieron que vivir una guerra impuesta, habían sobrevivido,<br />
y a pesar <strong>de</strong> haber combatido en bandos opuestos, este hecho no<br />
había afectado su amistad.<br />
Mi bisabuelo regresó a su pueblo, a una vida <strong>de</strong> sufrimiento,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una guerra que <strong>de</strong>jó el país <strong>de</strong>struido, falto <strong>de</strong> recursos<br />
y con una hambruna sin prece<strong>de</strong>ntes. Comenzaron a recuperar<br />
los campos que habían quedado <strong>de</strong>siertos por falta <strong>de</strong> hombres<br />
jóvenes para cultivarlos.<br />
42