VI Concurso de Relatos recuperados de la tradición ... - Hartu Emanak
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estaban todos como “ceporros”) y todos se metieron en el maletero<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> furgoneta, a saltar en el colchón mientras nuestra “Lo<strong>la</strong>”<br />
se movía <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do a otro <strong>de</strong>l patio <strong>de</strong> casa.<br />
Mientras mi abuelo y mis tíos metían <strong>la</strong>s maletas en <strong>la</strong> furgoneta,<br />
mi abue<strong>la</strong> y mis tías preparaban unas ricas “puches”, que<br />
son una bolitas <strong>de</strong> miga <strong>de</strong> pan frito, en leche <strong>de</strong> naranja, vamos,<br />
un manjar “ma<strong>de</strong> in Nieto Moreno family”.<br />
Tras un buen rato <strong>de</strong> espera, emprendieron el viaje. Mientras<br />
iban por <strong>la</strong> autopista, pagaban el peaje y <strong>de</strong>más, al fin pusieron<br />
rumbo al pueblo (el pueblo es Ta<strong>la</strong>vera <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nueva, Toledo).<br />
Lo que mi abuelo estaba haciendo era ilegal, porque, evi<strong>de</strong>ntemente,<br />
no se pue<strong>de</strong>n llevar niños en un maletero, en una furgoneta<br />
vieja, mientras que esos niños, chil<strong>la</strong>n, cantan, ríen y saltan<br />
como auténticos energúmenos.<br />
Mi abuelo pensaba que no se iba a encontrar con ningún policía,<br />
ni con nada ni con nadie que <strong>de</strong>scubriese su “pequeño secretillo”;<br />
pero entonces, con <strong>la</strong> buenísima suerte <strong>de</strong> mi aitite, apareció<br />
un policía <strong>de</strong> aspecto alto, serio, <strong>de</strong>lgado y bastante espeluznante,<br />
haciéndole signos para que parase <strong>la</strong> furgoneta. Mis tíos y tías,<br />
les <strong>de</strong>cían a los niños y niñas que se agachasen y que no hiciesen<br />
ruido, aunque no podían disimu<strong>la</strong>r que estaban nerviosos, porque<br />
tenían miedo <strong>de</strong> lo que les podía conllevar ese pequeño “acto <strong>de</strong>lictivo”.<br />
El policía or<strong>de</strong>nó a mi abuelo que le diese toda <strong>la</strong> documentación<br />
pero eso no le sirvió prácticamente <strong>de</strong> nada porque, aunque<br />
lo intentase disimu<strong>la</strong>r, a mi abuelo, se le veía el plumero.<br />
Así que el policia dijo:<br />
—Abra el maletero, por favor.<br />
A lo que mi abuelo contestó, mientras que se bajaba:<br />
—¿Es necesario?<br />
Sin contestarle, el policía abrió el maletero, y se encontró con<br />
un gran “batiburrillo” <strong>de</strong> niños.<br />
— En estos casos le pegaría una multa muy gran<strong>de</strong> pero…<br />
Dijo el policía.<br />
—Pero…?<br />
Dijo mi abuelo.<br />
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