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Llanos tenían su parada, junto a la tienda de
don Francisco Pérez de Azofra, llamado
por su numerosa clientela don Paco El
Nuevo; pero, algo más tarde, pasaron a la
calle Rivero Bethencourt, junto a las tiendas
de Andrés Falcón, don Tomás Gil, don
Agustín Noble Cruz y don Juan Brito,
este último más conocido por Juanito el
del pescado salado. Allí estacionaban sólo
tres vehículos, que, tan pronto se llenaban,
partían raudos hacia la ciudad capital, aunque
podían hacer paradas en San Juan o en
Jinámar-Marzagán, al llegar a Las Palmas por
la calle de Los Reyes, Reyes Católicos, se
encaminaban a la trasera de la Catedral y allí
en la cuesta de la calle Herrería, frente al
domicilio particular de don José Hidalgo,
ingeniero de Montes, hoy Casa de Colón,
quedaban expeditos para lanzarse calle abajo
hasta la entrada misma del Cine Abellaneda,
y, motor en marcha, atravesar la calle de
La Pelota para volver a Telde. La Cooperativa
la concedieron, como un socorro, a los
excombatientes de la Guerra Civil Española
(1936-1939), y fue fundada el 25 de octubre
de 1948, de ahí el nombre “Los del 48”,
siendo suprimida, tras su fusión con Utinsa y
Salcai, el 6 de octubre de 1973. Dicha unión
de transportistas tenía presencia reglada en
las ciudades de Telde y Arucas, y en las Villas
de Teror, Santa Brigida y San Mateo. La
rectora estaba en la ciudad norteña antes
aludida, con su Presidente al frente, don
Justo Jiménez. En 1948 el total de coches
que la componían, en los cinco municipios,
era de 137 unidades; nuestra ciudad era
la más que tenía, 30 vehículos. La Orden
Ministerial para trabajar con los piratas se
debió, entre otras personas, al Benemérito
Sacerdote don Juan Betancor. El listado
de todos los que se dedicaron a conducir
piratas es tan generoso, que hemos realiza-
1955. Juan Fleitas Ceballo con su pirata
Guagua G.C. 8897
do un cuadro sinóptico para poder ilustrar
mejor al interesado. En él podrán comprobar
que hemos separado los piratas, cuyos
dueños-conductores eran de Las Palmas de
Gran Canaria y su municipio, y aquéllos que
eran de Telde y el suyo.
Debemos reseñar que muchos fueron
los asalariados que trabajaron con vehículos
propiedad de otras personas, tal es el caso
de don Pedro Monzón Rodríguez, que
condujo el GC 52537, propiedad de don
José Quintana Dávila, desde 1966 hasta
comienzos de 1977.
1934. Federico Hernández Noble
con su camión G.C. 2.177
Los REPIRATAS eran vehículos que
contaban con tarjeta de taxi, pero se dedicaban
a piratear bien hacia el Sur de la Isla o
hacia las cercanas localidades de Valsequillo
y Tenteniguada. Al disolverse tuvieron dos
opciones: o seguir como taxi o unirse a la
recién creada compañía Salcai.
La ciudad de Telde consigue, a partir de
fi nales de los años veinte y principio de los
treinta del pasado siglo, uno de los despegues
demográfi cos más importantes del Archipiélago
Canario, y, aún más si cabe, en las
décadas de los cincuenta-sesenta; de todo
ello se desprende una verdadera revolución
urbana, no sólo en sus distritos centrales
San Juan-San Francisco y Los Llanos de San
Gregorio, sino en la periferia de éstos, y en
los diferentes pagos que la ciudad poseía
dispersos desde tiempos inmemoriales a lo
largo y ancho de los 102 Km 2 ; es el caso de
Cazadores, La Breña, Lomo Magullo, Tecén,
Valle de Los Nueve, El Caracol, Las Huesas,
Marpequeña, El Calero, San Antonio del Tabaibal,
La Pardilla, Jinámar, y tantos otros.
Las comunicaciones entre todos estos
centros poblacionales y las zonas administrativas
y comerciales se hacían a todas luces
necesarias. En una sociedad carencial,
por esas fechas, era muy difícil poseer
vehículo propio, y lo más lógico era
utilizar el transporte público, siempre
que se pudiera. Así fueron surgiendo,
desde los lejanos años aludidos en el
párrafo anterior, varias empresas que
sirvieron de nexo para unas gentes
marcadas por la inmigración y el trabajo
de sol a sol. De todas las compañías
que se dedicaban a llevar y traer
viajeros “dentro del municipio de Telde”
encontramos, en primer lugar, La
Pólvora, que, con sus explosivas guaguas,
de ajetreado andar, y sus habituales resoplidos,
llegaba desde Los Llanos al Valle de los
Nueve. Después le siguieron otras, de las
que aún hoy la mayoría sigue funcionando,
tales como:
Transportes Melenara, fundada en
1905 por don Cristóbal Romero Santana,
quien fuera su único propietario, hasta
que pasara, en 1930, a su sobrino, don
Manuel Oliva Romero, fallecido en 1969;
fecha esta última en la que dio comienzo la
regencia de su viuda, doña Aurora Negrín
Santana (R.I.P.). Sus actuales propietarios y
rectores son sus hijos: Nori, Manolo, Rosa
Delia y Alfredo Oliva Negrín. La empresa
ha sufrido varios cambios de nombre a lo
largo de su historia. Lo que comenzara siendo
Transportes Melenara, en 1969 pasó a
llamarse Herederos de Manuel Oliva Romero,
y desde 1992 Guaguas Melenara S.
L. El anteriormente mentado señor Oliva
Romero, además del servicio discrecional
de guaguas, también poseía camiones para
el transporte de mercancías, siendo uno de
los pioneros de los transportes del Sur de
Gran Canaria. En esas mismas fechas, llevaba
y traía a gran parte del personal que en
esos lugares trabajaban para el señor Conde
de la Vega Grande de Guadalupe. Su
interés por el desarrollo continuado de su
empresa le hizo invertir, junto a otro socio,
en camiones para el transporte de fosfatos
en el antiguo Sáhara Español. La fl ota actual
de guaguas de esta compañía asciende a
treinta y cuatro vehículos.
Transportes Lomo Magullo, fundada
en 1954, su dueño era don Antonio Fleitas
Betancor. Poseía las líneas de Lomo Magullo,
Higuera Canaria y San Roque, estas dos
últimas las obtuvo a partir de 1945, cuando
Melián y Cía las abandonó, tras haber trabajado
en ella desde 1926. Tal concesión sólo
duró, aproximadamente, dos años, porque
muy pronto volvió la anterior citada compañía.
En 1990, al fallecer el señor Fleitas
Betancor, prosiguió su hijo don Francisco
Javier Fleitas Santana, quien ayudaba a su
padre, cuando sólo contaba unos doce años
de edad, allá por 1959. El 24 de febrero de
2004 falleció, en un trágico accidente de automóvil,
en la Isla de Lanzarote, y siguió con
la empresa su esposa, doña Celia Montesdeoca
González, y sus hijos. Poseen para
el servicio 21 guaguas, realizando también
transporte de escolares.
Transportes La Pardilla, cuyo dueño
fue don Domingo Angulo Brito, quien la
fundara en 1948. Corría el año 1949 cuando
don Jerónimo Amador Cruz y don Domingo
de La Guardia Martín se la compran
al anterior, para, más tarde, en 1960, el
señor Amador Cruz vender su parte a don
Andrés Rodríguez Sánchez, quien, a su
vez, vende, en 1967, a don Pedro Santana
Ortega y a don Antonio Martel López.
Ese mismo año se forma una Sociedad Limitada
entre los tres socios. Así llegaremos a
1972, fecha en la que don Pedro Santana
Ortega compra la parte de don Domingo
de La Guardia Martín y la de don Antonio
Martel López, quedándose como
único propietario. Hoy en día Guaguas La
Pardilla es una de las empresas más consolidadas
del sector a nivel insular. Asimismo,
ha diversifi cado sus ofertas y compite rentablemente
con otras grandes del transporte,
poseyendo unas setenta guaguas, la mayor
parte de ellas de última generación.
Otra de las empresas de mayor arraigo
en nuestra ciudad fue la ya defi nitivamente
desaparecida Transportes Tufi a, creada
por el emprendedor don Domingo Angulo
Brito, quien fundara también los Transportes
Guanarteme. El recorrido hasta
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