fe para permanecer fe para permanecer fe para ... - KCM Europe
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En Juan 15:7, Jesús expresó: «Si permanecéis en mí,<br />
y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que<br />
queréis, y os será hecho». He descubierto que si invierto<br />
tiempo a diario en la Palabra de Dios, la Palabra<br />
habitará en mí. Ésta vendrá a vivir en mí, y comenzará<br />
a hablarle a mi corazón de continuo.<br />
Le aseguro que ése es el mejor estilo de vida. Pues<br />
cuando enfrente problemas, la Palabra que habita<br />
en usted surgirá <strong>para</strong> decirle qué hacer; entonces le<br />
alegrará no haber sido un cristiano perezoso.<br />
Declare la Palabra<br />
y no deje entrar al diablo<br />
Lea de nuevo Salmos 91:2, y descubrirá la segunda<br />
manera de <strong>permanecer</strong> en la condición correcta <strong>para</strong><br />
experimentar por sí mismo la plenitud de su salvación:<br />
“Diré yo del Señor: refugio mío y fortaleza mía, mi<br />
Dios; en Él me apoyo y de Él dependo, y [con toda<br />
seguridad] confío en Él” (AMP).<br />
usted le da al Señor la autoridad de actuar en<br />
su vida cuando confía en Él con todo su corazón y<br />
declara palabras de <strong>fe</strong> con su boca. Jesús nos enseñó<br />
ese principio en Marcos 11:22-23: «…Tened <strong>fe</strong> en Dios.<br />
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este<br />
monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su<br />
corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga<br />
le será hecho».<br />
El diablo conoce esa verdad, por tanto, tratará de que<br />
eso funcione a favor de él mismo. El enemigo no puede<br />
entrar y forzarlo a hacer cosas, así como lo hace con los<br />
incrédulos y con aquellos que se encuentran fuera del<br />
pacto de protección de Dios. Entonces él debe engañarlo<br />
<strong>para</strong> que usted le dé lugar con sus palabras —intentando<br />
que usted declare palabras de duda y temor—.<br />
¿Alguna vez ha notado que cuando se siente en<strong>fe</strong>rmo<br />
de inmediato desea contárselo a alguien? Si tiene un<br />
problema, quiere hablar al respecto. De alguna manera<br />
piensa que al hablar de ello, se sentirá mejor.<br />
Y eso es exactamente lo que el diablo quiere que<br />
haga. ¡No caiga en esa trampa!<br />
En vez de eso, cuando los problemas vengan, cierre sus<br />
labios. No diga nada acerca de la situación, enfóquese en<br />
la Palabra de Dios, y llene su corazón de ésta.<br />
Entonces cuando abra su boca, podrá con<strong>fe</strong>sar la<br />
Palabra. Estará listo <strong>para</strong> declarar lo que Dios afirma<br />
acerca de su situación —no sólo a usted mismo o a sus<br />
amigos, sino también a la situación en sí—.<br />
¡Así es! En Marcos 11:23, se nos enseña que debemos<br />
hablarle a la montaña. Eso significa que no debemos hablar<br />
acerca del problema. ¡Debemos hablarle al problema!<br />
Le decimos a éste lo que deseamos que haga. Basados<br />
en la Palabra de Dios, le ordenamos que se mueva.<br />
quizá esto parezca extraño, pero es bíblico y es una<br />
parte vital <strong>para</strong> mantener nuestro pacto de salvación.<br />
recuerde que al declarar la Palabra de Dios, no<br />
dejamos entrar al diablo. Entonces no le damos lugar<br />
<strong>para</strong> que obre en nuestra vida.<br />
No es demasiado tarde<br />
quizá al leer este artículo piense: “Hermana<br />
Gloria, todo esto es maravilloso, pero es muy tarde<br />
<strong>para</strong> mí. Estoy metido en problemas, no he estado<br />
en los caminos del Señor, y no hay manera de salir<br />
de esto”.<br />
Si ésa es su situación, permítame animarlo. Dios es<br />
bueno y misericordioso.<br />
Muchas veces he visto cómo las personas claman<br />
a Dios en situaciones donde no aparentaba haber<br />
solución. Parecía ser muy tarde <strong>para</strong> ellos. Sin<br />
embargo, no fue así, el Señor cambió las cosas. ¡Él es<br />
bondadoso y bueno!<br />
Si usted permanece en la Palabra de Dios, y toma<br />
la decisión de calidad de darle su vida, Él puede<br />
hacer un camino donde no hay ninguno. Él lo<br />
liberará, no por lo que usted hace; sino por lo que<br />
Jesús ya hizo por usted.<br />
No le estoy diciendo que su problema desaparecerá<br />
de manera instantánea, pero sí puede haber un cambio<br />
instantáneo. Éste comenzará en su interior —en su<br />
corazón—. Si usted confía en el Señor, puede tener<br />
gozo y paz en su interior; incluso cuando las cosas en<br />
el exterior parezcan difíciles.<br />
Al <strong>permanecer</strong> apegado al Señor, al escuchar y<br />
al obedecer Su Palabra, al estar atento a esta gran<br />
salvación que Él le ha dado; su vida cambiará día a<br />
día. Si usted mantiene la puerta de la <strong>fe</strong> abierta <strong>para</strong><br />
Dios, y le da tiempo <strong>para</strong> que obre; Él restaurará<br />
lo que el enemigo le ha robado y re<strong>para</strong>rá lo que ha<br />
estado roto. Él anhela que usted viva en plenitud.<br />
tal vez usted diga: “¡Pero no soy digno!”.<br />
Por sí mismo no lo es, yo tampoco lo soy. Pero Jesús<br />
sí es digno, y nosotros estamos en Él. Nuestra justicia<br />
se encuentra en Jesús. Él vivió, murió y resucitó <strong>para</strong><br />
que pudiéramos ser bendecidos con un pacto de paz.<br />
No permita que esa bendición se le escape de las<br />
manos al ser negligente, y no deje que los problemas de<br />
este mundo lo venzan. En vez de eso, cobre ánimo…<br />
Él ya venció al mundo. Y en Él, nosotros ¡también ya<br />
lo hemos vencido! VICTORIA