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gran responsabilidad. Él expresó: «En ese momento
todo lo que yo podía pensar era: ¿Por qué yo, Señor?».
Pero de hecho, Bollinger ya sabía la respuesta.
Educado en una familia cristiana, él había sido como la
mayoría de jóvenes —quienes a pesar de que sus padres
estaban decididos a verlos triunfar—; él tenía sus propias
ideas acerca de la vida y de lo que anhelaba hacer.
Bollinger comenta: «Mi madre siempre solía decirme
que algún día sería el pastor de una iglesia. Pero no era lo
que yo deseaba. Mi padre era un hombre de negocios, y mi
plan era dedicarme a lo mismo. Por esa razón, obtuve una
licenciatura en negocios».
«Crecí sabiendo que tenía un destino, y que Dios tenía
grandes planes para mi vida. Estaba dispuesto a asumir un
importante proyecto para Él, pero como adolescente, no
estaba preparado. En nuestra casa teníamos una regla: si
no asistíamos a la iglesia, no podíamos vivir en la casa. Por
esa razón, yo “participaba” en la iglesia; pero no vivía para
Dios, aunque sabía que Él era real».
Un plan para lo bueno
A diferencia de muchos jóvenes de su edad, quienes
deambulan por muchos años en el mundo antes de rendirle
su vida al Señor, la aventura peligrosa de Bollinger duró
poco. Recordando esos momentos, él está convencido de que
eso fue posible, en parte, gracias a la determinación que un
amigo tuvo de verlo salvo y sirviéndole a Dios; y también
por la asociación que sus padres tenían con los Ministerios
Kenneth Copeland.
Bollinger recuerda: «Mis padres eran fieles apoyadores
de KCM, ellos tenían muchos de sus libros y otros
materiales; y siempre asistían a las reuniones en Fort
Worth (a la Convención de creyentes del Suroeste). Yo
pasé mucho tiempo en el área de niños y jóvenes de esas
convenciones; y donde probablemente inició mi pasión por
trabajar con jóvenes».
«A pesar de que había asistido a la iglesia toda mi vida y
que había escuchado la Palabra; fui salvo hasta que tuve 20
años. A esa edad, viví una experiencia real con Dios».
Él la experimentó a causa de la amistad que tenía con
Wallace Sibley, un enérgico cristiano; quien casualmente era
el hermano del pastor de Bollinger, Bray Sibley.
Bollinger recuerda: «Este amigo en realidad impactó
mi vida, pues aunque él deseaba que yo fuera salvo,
nunca me presionó; y tampoco trató de obligarme en
nada. La única vez que intentó ganarme para el Señor,
me dijo que él sentía que mi vida sería mucho mejor
si le servía al Señor. En ese entonces no sabía sus
Y en seis meses,
ya se habían formado más
de 50 grupos celulares; y en poco tiempo, ya habíamos guiado
a miles de jóvenes al Señor.
intenciones, pero él en realidad tenía la misión de que
yo recibiera mi salvación».
«Cierta vez, escuché que le decía a mi hermano: “Tenemos
que ganar a tu hermano para el Señor. Pues él impactará a
esta iglesia de una forma poderosa”.
En el 2000, Bollinger pasó un fin de semana cazando con
su hermano, su padre y Wallace Sibley. Bollinger recuerda
que él estaba seguro de que Sibley aprovecharía ese tiempo
de convivencia para hablarle acerca del Señor.
Bollinger comenta: «Cazamos y compartimos todo
ese fin de semana, pero él jamás me dijo una sola
palabra. Y eso me agradaba de él, pues no era como un
predicador. Sólo tenía un deseo genuino de ver que las
personas se salvaran».
De hecho, a Bollinger lo había impresionado tanto su
amigo que aunque Sibley no lo invitó para que asistiera a
la iglesia, después de que regresaron de su viaje; Bollinger
se dio por invitado, y se sintió feliz de haberlo hecho.
Bollinger recuerda: «Era un
servicio como cualquier otro,
pero yo sentía ese ‘algo’ en mí.
A lo lejos escuché una voz, y
sabía que me estaba hablando a
mí, y que Dios estaba listo para
moverse en mi vida. Entonces
por medio de esa experiencia,
a mis 20 años, le entregué por
completo mi vida al Señor».
Casi de inmediato, Bollinger
empezó a trabajar para el Señor,
conectándose a la iglesia y
enfocándose en el ministerio
juvenil. Incluso fundó un grupo
celular en su casa para ministrar
a los jóvenes y, trabajando junto
a su pastor, comenzó a formar
más grupos fuera de su casa.
Bollinger comenta: «En seis
meses, ya se habían formado más
de 50 grupos celulares; y en poco
tiempo, ya habíamos guiado a
miles de jóvenes al Señor».
,
En el 2002, el pastor Sibley decidió fundar una iglesia
satelital en Mandeville, cerca de Louisiana. Reconociendo
el talento de Bollinger para trabajar con los jóvenes, él lo
incluyó para que lo ayudara con los jóvenes en esa iglesia.
En ese entonces, Bollinger estaba saliendo con Joy Neal.
Ella asistía a la iglesia de Hammond y vivía en Mandeville.
,
El deseo de nuestro
corazón es bendecir a las
personas, y Dios nos ha
posicionado en el lugar
indicado para realizarlo.
octubre '11 | lVVc | 9