Foliculitis eosinofílica necrotizante como manifestación - El Médico ...
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INFORME<br />
506<br />
<strong>Foliculitis</strong> <strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong> <strong>como</strong><br />
<strong>manifestación</strong> de la diatesis atópica<br />
CYNTHIA M. MAGRO, A. NEIL CROWSON<br />
División de Dermatología, Departamento de Patología, Universidad del Estado de Ohio, Columbus, Ohio, Laboratorio<br />
Clínico Central, Winnipeg, Manitoba, Canadá y Laboratorio Clínico Regional, Centro <strong>Médico</strong> San Juan, Tulsa, Oklahoma<br />
■ Resumen<br />
Objetivo: La foliculitis <strong>eosinofílica</strong> (FE) es una erupción<br />
idiopática de pústulas y pápulas estériles, que afecta<br />
al tronco, cara y extremidades, y que se asocia en muchos<br />
casos con la infección por el virus de inmunodeficiencia<br />
humana (VIH). La histopatología clásica es una espongiosis<br />
<strong>eosinofílica</strong> con base en los folículos y formación variable<br />
de microabscesos. Describimos a cuatro pacientes<br />
sin infección por VIH que manifestaron una nueva forma<br />
de FE pustular, en el marco de una atopia.<br />
Material y métodos: Se examinaron secciones de parafina<br />
de biopsias de piel de diez pacientes, teñidas con<br />
hematoxilina y eosina y preparaciones especiales para<br />
evaluar la presencia de microorganismos patógenos. Se hicieron<br />
historias clínicas detalladas y estudios serológicos.<br />
Resultados: Las presentaciones clínicas de siete hombres,<br />
dos mujeres y una niña (intervalos de edad 11-62<br />
años) eran placas ulcerativas y/o nodulares, principalmente<br />
en la cara y/o extremidades, algunas veces con configuración<br />
anular. Las consideraciones clínicas fueron infección<br />
micótica profunda, herpes ulcerativo, vasculitis<br />
sistémica, enfermedad de Mucha Haberman y pioderma<br />
gangrenoso (PG). Todos los pacientes tenían antecedentes<br />
personales o familiares de atopia. Los pacientes presentaban<br />
otras enfermedades, <strong>como</strong> psoriasis, lupus eritematoso,<br />
y trastornos linfoproliferativos.<br />
Un paciente estaba recibiendo bloqueantes de los canales<br />
de calcio, otro antidepresivos, y dos antihistamínicos;<br />
todos estos fármacos se asocian con alteraciones inmunes.<br />
En todas las biopsias de piel se encontraron<br />
microabscesos eosinofílicos intrafoliculares variables, necrosis<br />
folicular, vasculitis <strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong> foliculocéntrica,<br />
degeneración del tejido conectivo y eosinofilia tisular,<br />
con formación de figuras en llama y abscesos<br />
eosinofílicos dérmicos. Aparte de los comensales Pityrosporum<br />
y Demodex, no se identificó ningún microorganismo<br />
patógeno.<br />
Conclusiones: Estas presentaciones eran diferentes de<br />
la FE convencional, debido a una fuerte asociación con<br />
atopia, y a la presencia de ulceración, formación de nódulos,<br />
necrosis folicular y dérmica, y vasculitis <strong>eosinofílica</strong>.<br />
Proponemos el término "foliculitis <strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong>"<br />
y sugerimos que la base de esta nueva forma de FE es<br />
una respuesta dominante de linfocitos T colaboradores de<br />
tipo 2 (Th2) a diversos estímulos epicutáneos en pacientes<br />
con atopia, que es el estado prototipo de alteración inmune,<br />
asociado con un medio de citoquinas y con predominancia<br />
de TH2.<br />
■ Introducción<br />
La foliculitis <strong>eosinofílica</strong> (FE) se describió por primera<br />
vez <strong>como</strong> una erupción idiopática de pústulas, pápulas y<br />
placas estériles, que afectaban preferentemente a la cara,<br />
tronco y extremidades de hombres en la tercera y cuarta<br />
décadas de la vida (1). Aunque la FE se ha asociado con<br />
el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) (2,3), su incidencia,<br />
unida a otros estados de alteración inmune, ha recibido<br />
poca atención en la literatura (4,5). Encontramos a<br />
diez pacientes en los cuales había una reacción folicular<br />
pustular <strong>eosinofílica</strong> acompañada por una destrucción tisular<br />
considerable, histología que llevó a la consideración<br />
de pioderma gangrenoso (PG) y síndrome de vasculitis sistémico.<br />
Todos los pacientes tenían antecedentes personales<br />
o familiares de atopia.<br />
En este artículo se analizan las presentaciones clínicas,<br />
la histopatología y la base patogenética de la erupción.<br />
■ Materiales y métodos<br />
Se recibieron once biopsias de piel de diez pacientes,<br />
en las cuales se asociaban abscesos eosinofílicos foliculares<br />
con destrucción tisular considerable, demostrada mi-<br />
Magro CM, Crowson AN. Necrotizing eosinophilic foliculitis as a manifestation of the atopic diathesis. International<br />
Journal of Dermatology 2000; 39: 672-677. © Blackwell Science Ltd.
Figura 1. Placas piodérmicas en la cara, tras la exposición a<br />
sustancias químicas de revelado fotográfico en un paciente<br />
con atopia grave (Caso 3).<br />
croscópicamente, y donde las tinciones especiales no consiguieron<br />
distinguir ninguna prueba de infección. Cuatro<br />
de los casos se encontraron en la práctica dermatopatológica<br />
ambulatoria y sistemática, y seis se recibieron en consulta.<br />
Se confeccionaron las historias clínicas completas<br />
mediante entrevistas telefónicas con los médicos de referencia<br />
y con los pacientes, en ocho casos, y en dos casos,<br />
los pacientes se exploraron por uno de los autores. En<br />
ningún caso se identificó ningún factor de riesgo que indicara<br />
posible infección por VIH, y se determinó que la<br />
prueba de VIH era negativa. Se tiñeron cuatro secciones<br />
micrométricas cortadas de tejidos embebidos en parafina<br />
con hematoxilina y eosina, ácido periódico-Schiff después<br />
de una digestión con diastasa, tinción de Browm y Brenn,<br />
y tinciones de plata metenamina Gomori.<br />
Figura 2. Placas eritematosas induradas de tipo arciforme<br />
(Caso 8).<br />
<strong>Foliculitis</strong> <strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong><br />
■ Resultados<br />
Historias clínicas<br />
Caso 1<br />
Un hombre de 62 años, con diabetes dependiente de<br />
insulina, que padecía desde hacía tres años leucemia linfocítica<br />
crónica (LLC), desarrolló una erupción prurítica recurrente<br />
en las piernas y manos. Las lesiones eran pápulas<br />
foliculares que progresaban a placas eritematosas induradas,<br />
sin profundidad. Tenía antecedentes familiares de asma<br />
de su padre, madre e hijo.<br />
Caso 2<br />
Un hombre de 28 años desarrolló una placa ulcerada<br />
e indurada de 22 cm en la frente, que indicaba una posible<br />
infección fúngica profunda o vasculitis.<br />
También presentaba una erupción papular prurítica intensa,<br />
en la parte superior de la espalda y de las extremidades.<br />
Se tomó una biopsia de la placa de la frente. Se<br />
consiguió la mejoría con un tratamiento con dapsona. Sus<br />
antecedentes médicos anteriores indicaban dermatitis atópica.<br />
Se perdió para el seguimiento.<br />
Figura 3 Lesiones foliculocéntricas, umbilicadas y excoriadas,<br />
muchas de las cuales tienen una base purpúrica, que afectan<br />
a las extremidades inferiores (Caso 9).<br />
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Vol. 3, Núm. 8. Noviembre 2000<br />
508<br />
Caso 3<br />
Un hombre de 28 años desarrolló una erupción folicular<br />
pustular prurítica en el antebrazo, cuero cabelludo,<br />
cabeza, cuello y torso, un día después de haber estado en<br />
contacto con productos químicos fotográficos, <strong>como</strong> biosulfato<br />
de amonio e hidroquinona. Las lesiones de la cabeza<br />
y del cuello se desarrollaron <strong>como</strong> placas piodérmicas<br />
asociadas con edema facial (Figura 1). Después de un<br />
día de tratamiento con dapsona, las lesiones mejoraron<br />
drásticamente. <strong>El</strong> tratamiento con dapsona se interrumpió<br />
debido a molestias gastrointestinales y se administró prednisona<br />
en dosis de 80 mg/día para controlar las lesiones.<br />
A los 2,5 años se interrumpió el tratamiento y actualmente<br />
permanece sin lesiones. <strong>El</strong> paciente tenía antecedentes de<br />
reacciones alérgicas a varios alergenos exógenos, caracterizadas<br />
por edema generalizado y ataques asmáticos graves.<br />
Su hermana y su hermano tenían asma.<br />
Caso 4<br />
Una mujer de 59 años, que recibía bloqueantes de los<br />
canales de calcio por padecer lupus eritematoso subagudo<br />
(LESA) (6), desarrolló placas induradas ulcerativas foliculares<br />
y nódulos en las piernas, uno de los cuales fue biopsiado.<br />
Las lesiones se resolvieron con un tratamiento con<br />
Figura 4. Infiltración folicular por linfocitos y eosinófilos que<br />
refleja una reacción <strong>eosinofílica</strong> pustular del folículo (Caso 3).<br />
dapsona. En la serología se encontró una elevación importante<br />
de la inmunoglobulina E en suero (IgE). Sus antecedentes<br />
médicos anteriores eran forúnculos e infecciones<br />
Figura 5. Reacción pustular del folículo por eosinófilos con<br />
necrosis epidérmica, acompañada de patergia considerable<br />
del tejido perifolicular, caracterizada por dermólisis neutrofílica<br />
y <strong>eosinofílica</strong>, y vasos estáticos con deposición de fibrina<br />
y extravasación de eritrocitos (Caso 2).<br />
Figura 6. Pustulación <strong>necrotizante</strong> del folículo por eosinófilos,<br />
acompañada de vasos sanguíneos perifoliculares con deposición<br />
intraluminal de fibrina e infiltrados angiocéntricos<br />
de linfocitos y granulocitos (Caso 2).
Figura 7. Deposición mural e intraluminal de fibrina acompañada<br />
de infiltrados angiocéntricos de linfocitos y eosinófilos<br />
(Caso 3).<br />
recurrentes del oído durante la infancia y hidradenitis supurativa<br />
en la segunda década de la vida. Su hija tenía asma<br />
y su nieto, rinitis alérgica.<br />
Caso 5<br />
Una mujer de 40 años padeció, durante seis meses,<br />
una erupción indurada en la cara, cuello y en la parte superior<br />
de la espalda. Las lesiones fueron precedidas de<br />
prurito, dolor y desarrollo de pápulas que progresaron a<br />
placas induradas. Sólo recibió tratamiento con terfenadina.<br />
Había experimentado dermatitis atópica y fiebre del heno<br />
en la infancia y adolescencia, y hacía diez años que padecía<br />
psoriasis. Fue tratada con cefalexina durante 14 días<br />
y la erupción desapareció.<br />
Caso 6<br />
Un ortodoncista de 43 años desarrolló una erupción<br />
prurítica y folicular importante, que afectaba principalmente<br />
a la cabeza y al cuello. Las lesiones evolucionaron<br />
a placas induradas de 1 cm de diámetro, crateriformes,<br />
con ulceración central. Se observó una respuesta drástica<br />
al tratamiento con prednisona. Sus antecedentes médicos<br />
anteriores eran rinitis alérgica y dermatitis atópica desde la<br />
infancia. Asoció el comienzo de la erupción a un tratamiento<br />
con antidepresivos, inhibidores de la monoaminooxidasa,<br />
seguido de fenelcina combinada con trazodona.<br />
Después de terminar el tratamiento antidepresivo, quedó<br />
incapacitado para trabajar por depresión profunda. Durante<br />
una ausencia del trabajo, las lesiones se resolvieron sin<br />
intervención terapéutica, lo que indica que podrían haberse<br />
debido a una sustancia suspendida en el aire. Recordó<br />
que su madre experimentó una vez una erupción similar.<br />
<strong>El</strong>la también tenía antecedentes de dermatitis atópica y<br />
concentraciones elevadas de IgE.<br />
Caso 7<br />
Un hombre de 57 años acudió a consulta refiriendo<br />
una historia de tres meses de nódulos indurados en los<br />
brazos e ingle, que hicieron sospechar la enfermedad de<br />
Mucha Haberman. Se le administró cimetidina y una<br />
<strong>Foliculitis</strong> <strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong><br />
combinación de teofilina-efedrina- HCl-fenobarbital, habiendo<br />
tomado esta última dos meses antes del comienzo<br />
de la erupción. Sus antecedentes médicos eran asma, dermatitis<br />
atópica y rinitis alérgica desde la infancia. No tenía<br />
antecedentes familiares. Después de un ciclo de dos semanas<br />
de tratamiento con itraconazol y dapsona, las lesiones<br />
de la piel se resolvieron y a los ocho meses de seguimiento<br />
no habían reaparecido.<br />
Caso 8<br />
Una niña de 11 años se presentó con una placa anular<br />
indurada en las mejillas (Figura 2); la impresión clínica<br />
fue de lupus eritematoso (LE) frente a granuloma facial.<br />
Después de la biopsia, la lesión mejoró con prednisona<br />
oral. Sus antecedentes eran de atopia, caracterizada por<br />
asma, y dermatitis.<br />
Caso 9<br />
Un estudiante universitario de 22 años fue a Jamaica y<br />
volvió con múltiples pápulas pruríticas escoriadas en las<br />
extremidades y tronco, que parecían un molusco contagioso.<br />
Fue tratado con permetrina sin encontrar alivio. Las lesiones<br />
eran más evidentes en las extremidades inferiores y<br />
se caracterizaron por placas rojas, no blanqueantes, induradas,<br />
con un borde anular y ulceración central (Figura 3).<br />
Las lesiones mejoraron con prednisona oral. Todavía tiene<br />
brotes un año y medio después del comienzo de la erupción.<br />
<strong>El</strong> dermatólogo piensa que la exposición episódica a<br />
estímulos epicutáneos es lo que origina las recaídas. <strong>El</strong> paciente<br />
tiene antecedentes familiares y personales de atopia.<br />
Caso 10<br />
Un hombre de 49 años tenía antecedentes de 24 años<br />
de dermatitis recalcitrante, cuyas manifestaciones iniciales<br />
eran pápulas pruríticas, confinadas principalmente a la cara.<br />
Las lesiones evolucionaban rápidamente en un curso<br />
de 24 a 48 horas a nódulos grandes indurados y dolorosos<br />
de 2 cm de tamaño. Los factores desencadenantes eran<br />
estrés psicológico y calor, ambientes de polvo con empeoramiento<br />
en los meses de invierno.<br />
<strong>El</strong> único tratamiento efectivo para este paciente fue<br />
prednisona y/o ciclofosfamida. <strong>El</strong> paciente tiene alergia a<br />
numerosas comidas, polvo, ácaros, pólenes, perros y gatos.<br />
■ Resultados<br />
Histopatología<br />
La histopatología de todos los casos fue similar<br />
en virtud de la permeabilidad del epitelio de la<br />
vaina de la raíz externa folicular a infiltrados eosinofílicos<br />
importantes, con exocitosis linfocítica y<br />
necrosis folicular variable. Un componente menor<br />
fue de neutrófilos en forma de una sola célula o<br />
formando pequeños microabscesos (Figuras 4 y 5).<br />
509
Vol. 3, Núm. 8. Noviembre 2000<br />
510<br />
La dermis reticular y la adventicia de las zonas de<br />
alrededor mostraron lisis de fibras de tejido conectivo<br />
por grupos de eosinófilos y neutrófilos, siendo<br />
el último componente menos abundante (Figura 6),<br />
con incrustación de fibras de colágeno por los eosinófilos.<br />
Cinco casos presentaban vasculitis <strong>eosinofílica</strong><br />
<strong>necrotizante</strong>, que afectaba a vénulas y pequeñas<br />
arterias, manifestada por infiltración de las<br />
paredes de los vasos por eosinófilos, con una deposición<br />
acompañante de fibrina mural e intraluminal<br />
(Figura 7). Se identificaron en un caso levaduras<br />
del género Pityrosporum, Demodex en un<br />
caso y Staphylococcus epidermidis en otros dos<br />
pacientes.<br />
■ Discusión<br />
Presentamos diez pacientes, cuyas biopsias de piel<br />
mostraron una reacción folicular pustular <strong>eosinofílica</strong>,<br />
sin que pudiera demostrarse la presencia de microorganismos<br />
patógenos. Los casos compartían con la FE la<br />
afectación de brazos, cabeza y cuello, y en tres de los<br />
casos, la apariencia clínica de las lesiones del individuo<br />
estaban dentro del espectro de la FE convencional (1-5).<br />
Los otros casos se diferenciaban clínicamente por la<br />
presencia de ulceración, nodularidad y/o base hemorrágica.<br />
A diferencia de las descripciones histológicas clásicas<br />
de la FE, en estos casos se observó una destrucción<br />
tisular importante folicular/perifolicular con vasculitis<br />
<strong>eosinofílica</strong>, ulceración y neutrofilia dérmica (1-5). Los<br />
clínicos no consideraron la FE en la valoración clínica<br />
inicial, pero los patólogos remitieron algunos de los casos<br />
debido al aspecto microscópico confuso que por<br />
una parte parecía FE y por otra, indicaba la posibilidad<br />
de PG foliculocéntrica y vasculitis sistémica (7).<br />
La disparidad con el PG fue: 1) la distribución de<br />
las lesiones en la forma típica de la FE convencional,<br />
pero no habitual en el PG; 2) la naturaleza prurítica<br />
y/o dolorosa de la erupción en contraste con la<br />
naturaleza no dolorosa de las lesiones de PG; 3) la<br />
multiplicidad de las lesiones, que es poco frecuente<br />
en el PG, excepto en el marco de las enfermedades<br />
intestinales inflamatorias; 4) vasculitis <strong>necrotizante</strong><br />
rica en eosinófilos que afectaba a capilares, vénulas<br />
y pequeñas arterias, en contraste con la naturaleza<br />
dominante neutrofílica y/o linfocítica de la reacción<br />
vascular del PG; 5) eosinofilia extravascular conspicua,<br />
con formación de figuras en llama y microabscesos<br />
eosinofílicos en contraste con una notable ausencia<br />
de dicho infiltrado en el PG; y 6) una<br />
reacción folicular inflamatoria rica en eosinófilos<br />
más que neutrofílica (7). Propusimos el término "foliculitis<br />
<strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong>" para definir esta<br />
nueva variante de FE.<br />
La histopatología suscitó la consideración diagnóstica<br />
de pioderma facial (PF), una rara lesión descrita exclusivamente<br />
en mujeres, en contraste con la predominancia<br />
de hombres de esta serie. En la PF, el<br />
confinamiento de las lesiones a la cara en una distribución<br />
similar a la observada en el acné rosáceo ha llevado<br />
a algunos autores a usar la designación "rosacea fulminans".<br />
La FE piodérmica y la PF tienen una<br />
histopatología similar, aunque no se describen la vasculitis<br />
y la eosinofilia tisular, según los datos de los autores,<br />
en PF (8,9).<br />
La base patogénica de las lesiones presentadas aquí<br />
puede reflejar una reacción excesiva inmune de tipo 4 a<br />
varios estímulos antigénicos.<br />
La respuesta inmune progresiva y no reprimida está<br />
avalada por la evolución de pápulas foliculares, aparentemente<br />
inocuas, a placas induradas nodulares y a<br />
veces ulceradas. En tres pacientes, los factores desencadenantes<br />
pueden haber sido microorganismos comensales,<br />
<strong>como</strong> especies de Pityrosporum o Staphylococcus<br />
epidermidis. Otro paciente (caso 3) relacionó el comienzo<br />
de la lesión con la exposición a los líquidos de<br />
revelado de películas en color.<br />
<strong>El</strong> medio inmunológico anormal se debía a una<br />
variedad de estados anti-regulatorios inmunes, sistémicos,<br />
relacionados con la enfermedad y yatrogénicos,<br />
es decir, atopia (4), CLL, y LE sistémico (10),<br />
junto con el tratamiento con fármacos que pueden<br />
alterar la función de los linfocitos T, <strong>como</strong> antagonistas<br />
de la histamina (H2) (11), antidepresivos (12),<br />
prednisona, y bloqueantes de los canales de calcio<br />
(6,13,14).<br />
La actividad dominante de los linfocitos T-helper<br />
(colaboradores) tipo 2 (Th2) es un fenómeno establecido<br />
en la atopia (15,18), y en ocho pacientes se determinaron<br />
antecedentes personales de este tipo; los<br />
otros pacientes tenían antecedentes familiares importantes<br />
de atopia. En el marco del LE y del tratamiento<br />
farmacológico con algunos fármacos anti-reguladores<br />
inmunes (metotrexato, antihistamínicos, antidepresivos,<br />
y verapamilo), los estudios in vivo e in vitro han<br />
demostrado que se producen alteraciones de la función<br />
de linfocitos T supresores (TS) (6,10-14). Puesto<br />
que los linfocitos T se asocian con un perfil de citoquinas<br />
tipo Th1 (19), su supresión podría promover un<br />
medio de citoquinas con predominio de Th2. Entre los<br />
productos de Th2 están la interleucina 4 (IL4) e IL5,<br />
que promueven la elaboración de IgE y la proliferación<br />
de eosinófilos (19,20). La considerable neutrofilia<br />
dérmica extrafolicular puede reflejar concentraciones<br />
elevadas de IL6, un quimioatrayente de<br />
neutrófilos poderoso y producto de Th 2 (19).<br />
La base patogénica de la reacción vascular observada<br />
en el estudio puede ser una reacción inmune de tipo<br />
3 de Arthus, relacionada con complejos inmunes IgE 4,<br />
<strong>como</strong> se ha descrito en pacientes atópicos (21), y se
han propuesto <strong>como</strong> base de las lesiones vasculíticas en<br />
pacientes con la enfermedad de Churg-Strauss (22).<br />
<strong>El</strong> segundo mecanismo puede reflejar simplemente<br />
un exceso de hipersensibilidad retardada en relación<br />
con un medio de citoquinas con dominancia de<br />
Th 2 no reprimido. Otros cambios vasculares similares<br />
atribuidos a una reacción inmune exagerada de tipo<br />
4 se han encontrado en las biopsias de sarna nodular,<br />
hidroa vacciniforme y zonas de inyección de penicilina<br />
23 . En dos de los casos, la presencia de vasculitis<br />
indicó a los patólogos de referencia la sospecha<br />
de un síndrome vasculítico sistémico.<br />
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Hemos presentado una nueva forma de FE que difiere<br />
de la FE convencional en que tiene una fuerte asociación<br />
con atopia y a la presencia de ulceración, formación de<br />
nódulos, necrosis folicular y dérmica y vasculitis <strong>eosinofílica</strong>.<br />
Se propone el término "foliculitis <strong>eosinofílica</strong> <strong>necrotizante</strong>"<br />
para esta nueva forma de FE, que parece reflejar<br />
una respuesta dominante a Th 2 no reprimida a varios estímulos<br />
epicutáneos en pacientes con atopia, el estado antiregulador<br />
inmune prototípico asociado con un medio de<br />
citoquinas dominante de Th 2.<br />
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