prácticas diversas, saberes concurrentes y problemas comunes

sociales en EEUU, la capitalización de la experiencia de la reforma sanitaria
implementada por la Cuba revolucionaria, la medicina social
latinoamericana, las experiencias de educación popular, la comunicación
alternativa y las discusiones respecto de las políticas nacionales de
comunicación, produjeron aportes significativos todavía vigentes en el campo
de la comunicación para la salud.
En Cuba, el artículo 49 de la Constitución estableció el derecho de todos los
ciudadanos a la atención de la salud y la obligación del Estado de garantizar
atención médica gratuita. Esta atención se basó en la extensión de la
cobertura con una activa participación de la población y en el fomento de
actividades saludables como las deportivas y las recreativas En EEUU, junto
con la movilización en pos de los derechos civiles, surge el movimiento de la
medicina comunitaria, basado en la organización de centros comunitarios,
en general llevados adelante por organizaciones sin fines de lucro y
subsidiados por el gobierno federal, destinados a la prevención y los cuidados
básicos que incorporaron “las ciencias de la conducta” como herramientas
para la prevención y para el trabajo con comunidades “problemáticas”,
abriendo paso así a las teorías implicadas en la difusión de innovaciones, la
persuasión de las audiencias, los cambios conductuales, mediante recursos de
comunicación social.
La idea de servicios básicos de salud será tomada por los organismos
definidores de políticas sanitarias y, ya en los 70, el informe Lalonde sienta
las bases para la promoción de la salud, estableciendo la noción de “campo”
de la salud, compuesto por la biología, los servicios (curativos y preventivos)
el ambiente (social, psicológico y físico) y el estilo de vida (trabajo,
estándares de consumo y riesgos asociados a las actividades de ocio). Este
informe propone la promoción de la salud, la investigación, la eficiencia en la
atención y el establecimiento de objetivos como estrategias de intervención.
Mientras tanto, cobraba fuerza el movimiento de la medicina social
latinoamericana y las experiencias de educación popular. La Medicina Social
vinculó el área de la salud con las organizaciones políticas comprometidas
con los procesos de transformación y enfatizó el carácter social de los
4