Aguafuerte <strong>de</strong> George, Braque 10 818110mA o¡ M[XICO
una guerra singular que (sabía) anunciaba la barbarie. Incluso antes <strong>de</strong> que Francia se <strong>de</strong>rrumbara entre mayo y junio <strong>de</strong> 1940, que el ejército sumera una humillante <strong>de</strong>rrota y que los franceses se vieran precipitados a las rutas <strong>de</strong>l éxodo, Char tomó partido. Capitular no tenía sentido para él. Siguiendo el ejemplo <strong>de</strong> Napoleón, que retiró la palabra "imposible" <strong>de</strong> su diccionario, él <strong>de</strong>sterró este verbo <strong>de</strong> su pensamiento. Cuando los generales comenzaron a <strong>de</strong>bilitarse, invocó el valor y la crueldad: Es preciso que este país salga <strong>de</strong> su entorpecimiento, <strong>de</strong> sus prejuicios imbéciles, <strong>de</strong> su ancianidad caduca. Hay que ir hacia <strong>de</strong>lante, volvernos crueles si queremos vencer. ¿No se dan cuenta <strong>de</strong> eso los gobernantes-¡Zo Char entró psicológicamente en la resistencia cuando la mayoría se hundía en la <strong>de</strong>sesperación, el abandono y la negación. Su mujer lo conocía <strong>de</strong>masiado y se preocupaba por los arrebatos <strong>de</strong> este hombre temible. ¿Las <strong>de</strong>scargas? No les temía, convencido <strong>de</strong> que era invencible en lo más profundo. ¿El mo, el hambre? No pensaba en eso. Para él, el combate había comenzado. Soñaba con pelear: Hay que esperar una barbarie sistemática <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> estos crápulas. j Te pido que creas que no trato con miramientos a los que llegan a mis manos (paracaidistas y espías)! y menos aún en los próximos díasfl1 "Hay que": ése fue su nuevo credo. Su imperativo. No lo <strong>de</strong>jó ya nunca más. Hacía tiempo que había olvidado sus diatribas antipatrióticas, su disgusto por el nacionalismo; pero cuando la Wehrmacht empezó a acudir en tropel a Francia, peleó como un león, resistió en el Loira, provocó la admiración <strong>de</strong> sus jefes. La guerra era una cosa horrorosa, repulsiva, con su cortejo <strong>de</strong> heridos y <strong>de</strong> muertos, pero él la atravesó igual que un semidiós furioso y vencedor, optimista y <strong>de</strong>terminado. Le escribió a su mujer: Sé que saldré vivo para <strong>de</strong>spués. He tenido en mis brazos a niños y mujeres ensangrentados, cuando la mayoría <strong>de</strong> quienes <strong>de</strong>bían socorrerlos huían aterrorízados por las bombas <strong>de</strong> los aviones. Pero no he visto otra cosa que cobar<strong>de</strong>s. Aquí y allá HOMBRES, los hombres <strong>de</strong>l mañana. Amor mío, cree en el porvenir, en nuestro porvenir. [. . .] Tu pensamiento todo me escolta y me protege. 22 y <strong>de</strong> hecho salió ileso en una Francia <strong>de</strong>spedazada: el norte estaba ocupado por los alemanes; ,. Carta a Gilbert Lély, correspon<strong>de</strong>ncia particular. Citada en L te/air au front, op. cit. 21 !bid. 2l [bid. 11 BIBlIOmA Of M[XlCO el sur se hallaba bajo el dominio <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> Vichy, encabezado por el mariscal Pétain y Pierre Laval. Como un boxeador al que le han dado una buena zurra, se replegó a L'Isle-sur-la-Sorgue <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su <strong>de</strong>smovilización <strong>de</strong>l ejército. Observaba y era observado. Ni uno solo <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>splazamientos escapaba a la vigilancia policíaca <strong>de</strong> que era objeto, por ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> la dirección central <strong>de</strong> los servicios secretos <strong>de</strong> Información. Aquellos días <strong>de</strong> sospecha generalizada no le fueron favorables. Si bien se sentía libre <strong>de</strong> cualquier capilla política, estaba claramente situado en el campo <strong>de</strong> los revolucionarios. Muy pronto fue catalogado como un comunista peligroso. La policía no se preocupó por sutilezas. Denunciado en los archivos <strong>de</strong> la Seguridad <strong>General</strong> como un miembro activo <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> los surrealistas, se lo consi<strong>de</strong>ró como un extremista que profesaba la erradicación <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo social y político existente. Lo rastrearon. El gobierno <strong>de</strong> Vichy se impacientaba ante la lentitud <strong>de</strong> los inspectores encargados <strong>de</strong> averiguar sus relaciones y su vida y milagros. El gobierno <strong>de</strong> Vichy se mostró enervado cuando le reportaron, a nivel <strong>de</strong>partamental, que René Char estaba tranquilo. Al finalizar el año <strong>de</strong> 1940, se programó finalmente una indagación en los Névons. En la madrugada <strong>de</strong>l 20 <strong>de</strong> diciembre, a las 6: 15 horas para ser exactos, unos inspectores atravesaron el parque e ingresaron en la resi<strong>de</strong>ncia familiar. Casi cuatro horas más tar<strong>de</strong>, no tenían contra él más que la posesión <strong>de</strong> una pistola automática calibre 6.35 <strong>de</strong> seis balas. René Char salió bien librado. En el momento <strong>de</strong> retirarse, uno <strong>de</strong> los policías le dijo: "Váyase mientras pueda. Nosotros regresaremos en unos días para <strong>de</strong>tenerlo. " 23 ¿Irse? Dejar Francia no le agradaba. Sin embargo en Marsella visitó, en la villa Air-Bel, a sus antiguos amigos André Breton, Max Ernst, Marcel Duchamp, Victor Brauner y Oscar DomÍnguez. Todos esperaban y tenían la esperanza <strong>de</strong> obtener una visa, algo que les permitiera llegar al Nuevo Mundo, allen<strong>de</strong> el Atlántico. Man Ray, Yves Tanguy y Salvador Dalí los habían precedido. René Char no los juzgó, así como tampoco los criticó en modo alguno. Pero ni por un segundo examÍnó esa posibilidad para sí mismo. En cambio muy pronto comprendió la necesidad <strong>de</strong> irse <strong>de</strong> los N évons, <strong>de</strong> levantar una 23 Testimonio <strong>de</strong> René Charo