12.05.2013 Views

la rabia y el orgullo - Rafael Revilla

la rabia y el orgullo - Rafael Revilla

la rabia y el orgullo - Rafael Revilla

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

funcionaba, pero <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong>, sí. Y en todos los canales, aquí hay casi 100 canales,<br />

veía una Torre d<strong>el</strong> World Trade Center que ardía como una gigantesca ceril<strong>la</strong>.<br />

¿Un cortocircuito? ¿Una avioneta estr<strong>el</strong><strong>la</strong>da contra <strong>la</strong> Torre? ¿O un atentado<br />

terrorista p<strong>la</strong>neado? Casi paralizada, permanecí fija ante <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> y, mientras <strong>la</strong><br />

miraba fijamente y me p<strong>la</strong>nteaba esas tres preguntas, apareció un avión. B<strong>la</strong>nco y<br />

grande. Un avión de línea. Vo<strong>la</strong>ba bajísimo. Y vo<strong>la</strong>ndo bajísimo se dirigía hacia <strong>la</strong><br />

segunda Torre como un bombardero que apunta a su objetivo y se arroja sobre él.<br />

Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando. Me di cuenta, porque, en ese<br />

mismo momento, volvió <strong>la</strong> voz a mi t<strong>el</strong>e, transmitiendo un coro de gritos<br />

salvajes. Realmente salvajes: «¡Oh God, oh, God, God, God, Gooooooood!». Y <strong>el</strong><br />

avión penetró en <strong>la</strong> segunda Torre como un cuchillo que corta un trozo de<br />

mantequil<strong>la</strong>.<br />

TROZO DE HIELO<br />

Eran <strong>la</strong>s nueve y cuarto. Y no me pidas que recuerde lo que sentí durante<br />

aqu<strong>el</strong>los 15 minutos. No lo sé, no lo recuerdo. Era como un trozo de hi<strong>el</strong>o.<br />

Incluso mi cerebro estaba he<strong>la</strong>do. Ni siquiera recuerdo si algunas cosas <strong>la</strong>s vi<br />

sobre <strong>la</strong> primera o sobre <strong>la</strong> segunda Torre. La gente que, para no morir abrasada<br />

viva, se <strong>la</strong>nzaba por <strong>la</strong>s ventanas desde <strong>el</strong> piso 80 ó 90, por ejemplo. Rompían los<br />

cristales de <strong>la</strong>s ventanas y se <strong>la</strong>nzaban al vacío como si se <strong>la</strong>nzasen de un avión<br />

en paracaídas, y caían lentamente. Agitando <strong>la</strong>s piernas y los brazos, nadando en<br />

<strong>el</strong> aire. Sí, parecía que nadaban en <strong>el</strong> aire. Y no acababan de llegar abajo. Hacia <strong>el</strong><br />

piso 30, ac<strong>el</strong>eraban. Se ponían a gesticu<strong>la</strong>r, desesperados, supongo que<br />

arrepentidos, como si gritasen «H<strong>el</strong>p, h<strong>el</strong>p». Y quizás lo gritasen de verdad. Por<br />

fin, caían en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y paf.<br />

Mira, pensaba estar vacunada contra todo y, esencialmente, lo estoy. Ya nada me<br />

sorprende. Ni siquiera cuando me indigno y me irrito. Pero en <strong>la</strong> guerra siempre<br />

vi a gente que muere asesinada. Nunca había visto a gente que muere<br />

matándose, es decir, <strong>la</strong>nzándose sin paracaídas d<strong>el</strong> piso 80, 90 ó 100. Además, en<br />

<strong>la</strong> guerra siempre vi trastos que explotan en abanico. En <strong>la</strong> guerra siempre oí un<br />

gran ruido. En cambio, <strong>la</strong>s dos Torres no explotaron. La primera implosionó y se<br />

tragó a sí misma. La segunda, se fundió, se disolvió. Por <strong>el</strong> calor se disolvió como<br />

un trozo de mantequil<strong>la</strong> al fuego. Y todo sucedió, o al menos así me pareció a mí,<br />

en medio de un silencio de tumba. ¿Es posible? ¿Reinaba realmente ese silencio o<br />

estaba dentro de mí?<br />

Tengo que decirte también que, en <strong>la</strong> guerra, siempre vi un número limitado de<br />

muertes. Cada combate, 200 ó 300 muertos. Como máximo, 400. Como en Dak<br />

To, en Vietnam. Y cuando terminó <strong>la</strong> batal<strong>la</strong> y los americanos se pusieron a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!