12.05.2013 Views

la rabia y el orgullo - Rafael Revilla

la rabia y el orgullo - Rafael Revilla

la rabia y el orgullo - Rafael Revilla

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¿Lo ves? He escrito «por Dios». Con todo mi <strong>la</strong>icismo, con todo mi ateísmo, estoy<br />

tan impregnada de <strong>la</strong> cultura católica que forma parte incluso de mi forma de<br />

expresarme. Adiós, gracias a Dios, por Dios, Jesús, Dios mío, Madonna mía, qué<br />

Cristo... Estas frases me vienen espontáneas. Tan espontáneas que ni siquiera me<br />

doy cuenta de que <strong>la</strong>s pronuncio o <strong>la</strong>s escribo. ¿Quieres que te <strong>la</strong>s diga todas? A<br />

pesar de que no le haya perdonado jamás al catolicismo <strong>la</strong>s infamias que me<br />

impuso durante siglos, comenzando por <strong>la</strong> Inquisición que quemaba incluso a<br />

<strong>la</strong>s abue<strong>la</strong>s, pobres abue<strong>la</strong>s, y a pesar de que no esté en absoluto de acuerdo con<br />

los curas y no entienda nada de sus plegarias, me gusta tanto <strong>la</strong> música de <strong>la</strong>s<br />

campanas... Una música que me acaricia <strong>el</strong> corazón. Me encantan también esos<br />

cristos y esas vírgenes y esos santos pintados o esculpidos. Incluso tengo <strong>la</strong><br />

manía de los iconos. Me gustan también los conventos y los monasterios. Me<br />

proporcionan un sentido de paz y, a veces, incluso envidio a sus inquilinos. Y,<br />

además, admitámoslo: nuestras catedrales son más b<strong>el</strong><strong>la</strong>s que <strong>la</strong>s mezquitas y <strong>la</strong>s<br />

sinagogas, ¿sí o no? Son más b<strong>el</strong><strong>la</strong>s también que <strong>la</strong>s iglesias protestantes.<br />

RELIGIONES<br />

Mira, <strong>el</strong> cementerio de mi familia es un cementerio protestante. Acoge a los<br />

muertos de todas <strong>la</strong>s r<strong>el</strong>igiones, pero es protestante. Y una bisabue<strong>la</strong> mía era<br />

valdense. Una tía abue<strong>la</strong>, evangélica. A <strong>la</strong> bisabue<strong>la</strong> valdense no <strong>la</strong> conocí. Pero sí<br />

conocí, en cambio, a <strong>la</strong> tía abue<strong>la</strong> evangélica. Cuando era niña, me llevaba<br />

siempre a <strong>la</strong>s funciones de su iglesia en Vía de Benci en Florencia y, Dios mío,<br />

cómo me aburría... Me sentía totalmente so<strong>la</strong> en medio de aqu<strong>el</strong>los fi<strong>el</strong>es que<br />

sólo cantaban salmos, con aqu<strong>el</strong> cura que no era un cura y que sólo leía <strong>la</strong> Biblia,<br />

en aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> iglesia que no me parecía una iglesia y que, excepto un pequeño<br />

púlpito, sólo tenía un gran crucifijo. Nada de áng<strong>el</strong>es, ni de vírgenes, ni de<br />

incienso... Echaba de menos incluso <strong>el</strong> olor d<strong>el</strong> incienso y me hubiera gustado<br />

estar en <strong>la</strong> vecina basílica de <strong>la</strong> Santa Cruz donde había todas estas cosas. Las<br />

cosas a <strong>la</strong>s que estaba acostumbrada. En mi casa de campo, en Toscana, hay una<br />

pequeña capil<strong>la</strong>. Está siempre cerrada. Desde que murió mi madre, nadie entra<br />

en <strong>el</strong><strong>la</strong>. Pero, a veces, yo voy a limpiarle <strong>el</strong> polvo, a contro<strong>la</strong>r que los ratones no<br />

hagan allí sus nidos y, a pesar de mi educación <strong>la</strong>ica, me encuentro en <strong>el</strong><strong>la</strong> muy a<br />

gusto. A pesar de mi anticlericalismo, me muevo en <strong>la</strong> capil<strong>la</strong> como pez en <strong>el</strong><br />

agua. Y creo que <strong>la</strong> mayoría de los italianos te confesaría lo mismo (A mí me lo<br />

confesó Berlinguer).<br />

¡Santo Dios!, (me río), te estoy diciendo que nosotros, los italianos, no estamos en<br />

<strong>la</strong>s mismas condiciones que los estadounidenses: mosaico de grupos étnicos y<br />

r<strong>el</strong>igiosos, mesco<strong>la</strong>nza de 1.000 culturas, abiertos a cualquier invasión y, al<br />

mismo tiempo, capaces de rechazar<strong>la</strong>s todas. Te estoy diciendo que,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!