1 - Ministerio A la Luz de la Biblia

Página 36 La Voz del Heraldo
... Continuación
hizo su elección, y después del guión, leemos: “si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito”. Eso es
ágape.
Cuando era joven, solía orar, al irme a la cama: “Guarda mi alma. Si he de morir antes de que llegue la
mañana, guárdame para el más allá. Sálvame para tu reino”. Y ese tipo de motivación, lo único que es
capaz de producir es tibieza.
Podemos aprender a orar una oración superior. Le llamo la oración inversa. Cuando los discípulos fueron
a Cristo, en Juan capítulo 4, no le dijeron: “Maestro, tenemos hambre, ¡danos algo para comer!”. En
su lugar, la oración que hicieron fue la inversa: “Maestro, tú tienes hambre. Maestro, por favor, ¡come!”.
Aprendamos a orar: “Padre nuestro, bendice a los misioneros, a los médicos y enfermeras, a los evangelistas
y predicadores, a los colportores y maestros, de manera que la obra de Cristo pueda ser terminada,
no para que nosotros podamos tener nuestra recompensa, sino para que Aquel que dio su vida por nosotros
en la cruz, pueda recibir su recompensa”.