Editorial - Rofex

activos ya promueve oportunidades que movilicen capital.
Aún reconociendo que hay que rebalancear consumos re-
gionales e ingresos, más complicado aún es evitar exagera-
ciones en actitudes defensivas con repercusiones negativas
sobre empleo y actividad.
La Argentina, en particular, podría mitigar estos efectos
si se refuerzan los marcos de generación de confianza de
manera de evitar el drenaje por salidas de capitales, espe-
cialmente cuando se enfrentan disminuciones de ingresos
externos como consecuencia de los mercados de bienes y
servicios en el mundo y factores climáticos locales. Accio-
nes de política de Estado en ese sentido tendrían un impor-
tante impacto, especialmente teniendo en cuenta el carácter
electoral de 2009.
Presidente de Nuverse Financial Advisors y director del Ban-
co Hipotecario S.A.
Hay que entender que más allá de que se haya pasado lo
peor, la crisis no pasó. El punto de inflexión fue el modelo
de salvataje que impuso Inglaterra. A partir de allí se obser-
vó que el pánico terminó, no así el ajuste de precios.
La crisis no terminó el proceso de volatilidad internacional,
fundamentalmente porque hay un proceso de desampala-
camiento importante. Para nuestro país, son centrales tres
cosas: los commodities, el crecimiento mundial y el tema del
crédito: pareciera que los precios de los commodities no de-
berían desplomarse; seguramente vamos a tener tres trimes-
tres con un crecimiento mundial más bajo; y con respecto
al crédito, vamos hacia un momento donde las condiciones
crediticias en Argentina serán muy complicadas.
La volatilidad está para quedarse, ya que es inherente a
un mundo que está cambiando mucho. En Argentina vamos
a tener que vivir con lo nuestro, es decir, sin crédito del
exterior.
Miguel Kiguel
Diana Mondino
Economista, profesora de la Escuela de Negocios de la UCEMA
La clave para salir de esta crisis es la innovación, la pro-
ductividad. El secreto está en trabajar más y mejor. Lo alar-
mante es que la palabra productividad no está presente en
el discurso oficial. Hay que empezar a hablar de producir
nuevamente, entonces será posible mejorar. En Argentina,
se debe comenzar a estudiar el mecanismo hacia donde
queremos ir. Nos faltan objetivos.
En un esquema de productividad importante, hay que de-
cidir donde se canalizan los recursos con un esquema de
país. El sector público tiene que pensar en un horizonte más
amplio. Desde el punto de vista del sector privado, hay que
encontrar aquellos caminos que generen mayor productivi-
dad dentro de los escasos recursos que hay.
La crisis internacional afecta a nuestro país, pero tendre-
mos una oportunidad si se presenta un programa que tenga
cierta continuidad en el tiempo. Argentina a esta crisis la po-
dría haber sorteado con razonable libertad, pero nos hemos
convertido en un Titanic buscando un iceberg.
Para este año:
Tanto nacional como internacionalmente, muchas variables
se están moviendo vertiginosamente, gran parte de ellas
generando fuertes presiones recesivas y los consecuentes
conflictos sociales.
El menor crecimiento económico sirve de plataforma para
fuertes remesones geopolíticos, como el conflicto en Medio
Oriente, Irán y otros de los cuales Argentina está alejado,
pero que afectan el precio de nuestras exportaciones de
commodities. Pero estos cambios impactan a los países,
empresas y familias en forma diferente. Por Ej., la baja en
los precios del petróleo y alimentos beneficia a los países
importadores. Argentina es exportadora de alimentos e in-
dudablemente exportará menos, no sólo por las ya crónicas
restricciones del gobierno a las exportaciones, sino también
por caída de precios.
Esto afecta notablemente a las empresas que ven reducidas
sus ventas, y el menor saldo comercial puede generar pre-
siones sobre el dólar.
Estas presiones sólo serán compensadas si la economía ar-
gentina mantiene algún nivel de crecimiento positivo, para
lo cual es indispensable alinear las políticas fiscales locales
con las internacionales: no seguir aumentando la presión
fiscal sino reducirla.