GRIPE - Revista-alternativa

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larmente psicoanálisis. Y encontré el
Psicoanálisis Activo de Jean Sarkissoff, psiquiatra
y psicoanalista suizo que trabajó
con Frédéric Leboyer, precursor del
“nacimiento sin violencia”.
J. Sarkissoff se dedicaba al tratamiento
de los traumatismos de las fases arcaicas de
la vida. Con él aprendí a entender, acompañar
y a elaborar las emociones, incluidas
las más arcaicas, integrando el análisis de
la relación transferencial.
Fueron años muy ricos que me ayudaron a
articular la comprensión psicoanalítica de
las fases arcaicas de la vida, cuando
comienza la construcción del Yo, con el
acompañamiento verbal y corporal específico
de la Terapia Morfoanalítica, para
tener acceso a tratar los núcleos traumáticos
más antiguos. Confirmaba así el valor del
abordaje corporal global en los tratamientos
terapéuticos.
Cuerpo y mente fueron creados para funcionar
en constante comunicación e interacción.
Cuando esta comunicación se interrumpe,
conlleva inevitablemente, desequilibrios
energéticos, psíquicos y somáticos.
El cuerpo siempre manifiesta el estado de
funcionamiento global del paciente en un
momento determinado. Interesarse por el
cuerpo, las sensaciones, los síntomas es
hacerlo por la persona entera.
Nuestro cuerpo almacena experiencias y
traumatismos vividos desde el principio de
la vida. Esta memoria “corporal-emocional”
está inscrita principalmente en nuestros músculos,
en la piel y en los órganos internos.
La postura es el reflejo de la vivencia subjetiva
de la historia psicoafectiva de cada persona.
Nosotros, terapeutas morfoanalistas,
no seguimos una nomenclatura donde cada
parte del cuerpo tendría un significado
determinado para todos los seres humanos
y para siempre.
¡La realidad postural es mucho más compleja!
La memoria contenida en cualquier
región del cuerpo es exclusiva de cada uno
y no puede ser prevista. En terapia morfoanalítica
el terapeuta se deja guiar por la
vivencia del paciente sin inducir, descubriendo
juntos las múltiples facetas expresivas
del cuerpo, descifrando su mensaje.
El trabajo del Morfoanalista consiste en
modificar, al ritmo del paciente, un equilibrio
psico-postural desajustado o patológico
para construir otro más flexible, liberado de
las cargas emocionales inconscientes que le
mantienen rígido y dolorido.
Nuestro cuadro de trabajo corporal analíti-
co nos permite acoger tanto los elementos
corporales como los emocionales.
Un dolor físico puede esconder un dolor psíquico
¡y viceversa! Nuestro objetivo es ¡la
integración!
Las emociones son la expresión energética
natural de un cuerpo que siente. Cuando
están bloqueadas, es él quien sufre el
impacto con tensiones y retracciones de los
tejidos que le sirven para mantener su unidad
y cohesión.
Sabemos que cuando liberamos las tensiones
corporales favorecemos la liberación de
la energía emocional contenida en esas tensiones.
Pero, ¡cuidado, la liberación de
la energía emocional no es suficiente
para curar! Es preciso ofrecer al
paciente la posibilidad de elaborar e integrar
los contenidos inconscientes de esas
manifestaciones.
Cuando el cuerpo comienza a hablar y la
mente a sentir, la persona descubre una
nueva dimensión y comprensión de símisma.
Sabemos que cuando el sufrimiento global
de una persona se manifiesta en el cuerpo a
través de dolores musculares, articulares,
problemas respiratorios, fibromialgia, hernia
discal, ciática, desequilibrios posturales,…siempre
hay un componente psicoemocional
que el ser intuye conscientemente.
Pero el cuerpo dice lo que no se consigue
organizar en pensamientos.
En Terapia Morfoanalítica damos
mucha atención a la somatización, la tratamos
concretamente con técnicas corporales:
posturas de estiramientos, masajes, trabajo
respiratorio…Al mismo tiempo utilizamos la
somatización como punto de partida para
descifrar su significado inconsciente.
En los casos de las personas que se expresan
con sufrimientos psíquicos como: estrés,
ansiedad, depresión, insomnio, dificultades
afectivas, sexuales, obsesiones, anorexia…etc.
sabemos también que el cuerpo es
el camino más natural para reencontrar la
unidad y la energía de vida que hay en
cada uno de nosotros. El Morfoanalista se
apoya en el cuadro sensorial y postural muy
estructurado del método para elaborar, profundizar,
estimular y reconstruir una capacidad
de pensamiento asociativo. l
Cuando el dolor de Ser no encuentra
palabras para expresarse, habla a
través del cuerpo. Cuando las palabras
se organizan en un cuerpo que
siente, el dolor puede ser vivido,
comprendido y reparado.
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