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“Pero mamá nunca pensó que este
hombre la fuera a aventar, peor que si
como exprimieras un limón”.
Pero mamá nunca pensó que este
hombre la fuera a aventar, peor que
si como exprimieras un limón y ya
exprimido lo aventaras a la basura.
Nunca lo vio en esa forma. Para ella
fue un hombre importantísimo que
ya era tan importante, que ella ya era
una basura. Era un hombre que ya no
tenía tiempo para ella ni para nadie.
Porque él era un gran personaje. Ella
siempre lo disculpaba así. Pero para
ella fue una cosa, un cariño, un afán,
un fanatismo enorme…
CA: Flora, ahora que la Legión de
Cristo reconoce la existencia de una
mujer en la vida de Marcial Maciel,
como una vida doble, digámoslo,
una vida paralela a su vida pública de sacerdote y de fundador
de la Legión de Cristo, ¿pasa por tu mente que se
pueda referir a tu madre esta referencia?
FB: No creo, no creo, porque mi mamá… yo tuve la fortuna
que a los 84 años estaba con mucho pendiente de cómo
estaría ella de sus hormonas. Entonces la llevé con el doctor
Enrique Segovia, un ginecólogo al que yo veo. Y la llevé
con el doctor para que también la checara. Entonces ya
al pasar mamá para que el doctor le hiciera un reconocimiento,
al salir él, yo estaba afuera en su oficina, y me dijo:
“Flora, no la pude revisar bien porque tu mamá es señorita”.
CA: ¿Cómo puede ser si los tuvo a ustedes?
FB: No, nosotros somos adoptados.
CA: Ah. Ese dato no lo teníamos, Flora.
FB: Sí.
CA: Ya.
FB: Roberto y yo somos adoptados. Entonces, le dije pues