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economía
Hace apenas nueve meses, el peso mexicano
sorprendía por su fortaleza. El gusto,
sin embargo, fue efímero.
Pocos se imaginaron entonces que la
cotización de la divisa estadounidense,
que por un momento se ubicó por debajo de los 10 pesos,
estaría hoy por encima de los 14 pesos, y si no fuera por las
intervenciones recurrentes del Banco de México (Banxico),
podría rebasar los 15 pesos en el futuro cercano.
El panorama de nuestra moneda cambió bruscamente
en el otoño, en especial en octubre, y desde entonces se ha
debilitado consistentemente respecto al dólar.
Hoy el peso mexicano se encuentra entre las monedas
que más terreno han perdido en relación con la divisa
estadounidense desde el verano de 2008. ¿Qué explica esta
tendencia y qué podemos esperar para el futuro próximo?
El debilitamiento reciente del peso obedece, en parte,
a la caída de los ingresos petroleros, pero juega un papel
mucho más determinante la disminución del saldo positivo
de la cuenta de capital de la balanza de pagos.
Y ése ha sido el caso desde que se agravó la crisis financiera
internacional en octubre del año pasado. El entusiasmo
de los inversionistas por los países emergentes, y en particular
por México, se ha desvanecido, lo que se refleja en un
Hoy el peso mexicano se encuentra entre las
monedas que más terreno han perdido en
relación con la divisa estadounidense desde
el verano de 2008.
aumento de las primas de riesgo de sus instrumentos
de deuda.
En la actualidad hay menos entradas de inversión
extranjera directa, desapareció prácticamente
el acceso de las empresas privadas nacionales
a nuevas líneas de crédito en el exterior y la inversión
de cartera se detuvo ante el menor atractivo
de los mercados bursátiles y de dinero de países
como el nuestro.
La caída de nuestras exportaciones por la
recesión estadounidense agrava el problema,
ya que con el menor ahorro del exterior
que fluye a México sólo se puede financiar un