3) La actitud del jurdano ante la vivienda; (70 Kb) - Paseo Virtual por ...

decir, y sería más adecuado hablar, excepción hecha de los tres núcleos
cabeza de municipio que están asentados en un espacio de mayor
amplitud -Pinofranqueado, Caminomorisco y Nuñomoral-, de un nadir :
arriba el cielo y, un poco más abajo, las vertientes de los tesos. Sin
hipérbole, porque algunas alquerías, Vegas de Coria, Las Mestas y
Ovejuela por ejemplo, son bastantes extensas, la realidad es que en Las
Hurdes los caminos han sido escasos, inciertos y cambiantes.
Si desde un punto de vista espacial se observa que hay muy pocos
caminos en Las Hurdes, realidad que captaron perfectamenie los
antiguos viajeros que hablaban de una comarca «incomunicada», hoy se
puede subrayar, más exactamente, que no existe allí un espacio concreto
destinado a caminos. A no ser el «camino de herradura» que conduce -o
mejor, conducia hasta 1960, a las majadas. Salvo ese caso de camino
funcional, utilizado generalmenie sólo para bajar «el vicio» o subir la
comida a los hombres que se quedaban arriba, en las majadas, no existe
otro. Los hurdanos iban y venían (también hoy) trás sus piaras, ahora
decrecidas, trepando, lo mismo que para llegar a sus huertos y
castañares.
Del mismo modo que no hay en la casa un espacio claramente
destinado a la «hacienda» y a la cocina y que lo que hay es, más bien, una
polivalencia del espacio global, los caminos tienen una indefinición
semejante. Los tres casos indican, en su conjunio, que los hurdanos no
han valorado el salir de su micrcocosmo local en el que han nacido y
tienen su estatus social expresado por la caracteristica de la «misma
igualdad». Esta caracieristica se resume bien en un hecho tan signficativo
como el mairimonio.
Los hurdanos valoran o han valorado hasta hace poco el interior de
su espacio de vida, fisico y simbólico, más que el exterior. Y esto
conlleva, muy por encima de las dificultades técnicas, la minusvaloración
de todo la que no se cerrado y conocido de toda la vida. No suele salirse
de la alquería y la prueba más clara de ello es el matrimonio : la mejor
pareja es aquella que tiene la «misma igualdad» dentro de la propia
alquería 12 . Otra prueba, aunque por tratarse de algo más reciente quizá
tenga menos valor probatorio, es el concierto de voces que acompañaba a
los quintos hasta hace unos quince años aproximadamente; salir del
pueblo era vivido como una violencia simbólica a la que se negaban los
hurdanos, llegando, decían erroneamente algunos viajeros, a no comer lo
suficiente, voluntariamente, para no dar la talla 13 .
12 Esta cuestión ha sido expuesta en el trabajo titulado «La comarca de Las Hurdes: más
vale lo bueno conocido que lo malo por conocer».
13 La cuestión ha sido aludida también en el trabajo citado en la nota anterior.
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