3) La actitud del jurdano ante la vivienda; (70 Kb) - Paseo Virtual por ...

para construir 25 - ha de utilizarse el escombro. Asímismo la construcción
de las carreteras proporciona igualmente piedras que no cuestan nada
sino el transporte. Pero el tema ideológico es otro : uno ha de deshacerse
de la piedra (y lo hace de cualquier forma). Pero, si hay posibilidad, es el
cemento lo que se aprecia. El cemento, que permite ser como los demás.
El valor del dueño se afirma así de un modo no muy diferente al
del pasado. Es verdad que la casa se convierte hipertróficamente en la
expresión del dueño que afirma su valor frente a los visitantes. Pero si en
relación al exterior el pueblo cambia de aspecto gracias a las nuevas
representaciones venidas de fuera y aceptadas, muy poco cambian las
ideas y los valores básicos.
En todos los casas suele haber, destacando encima de la televisión
en color o en un hueco del armario de formica, un garduño o una jineta
disecados. Este pueblo de cazadores y de pescadores contempla hoy el
pasado estado salvaje de una naturaleza de la que participaba
intensamente y, en sus viviendas nuevas, la expone apartándose al
mismo tiempo de ella. Si esto coincide con los rasgos de la modernidad
hispana (es como si uno dijera : «yo también tengo ahora trofeos», como
los ricos-ricos de antiguamente»), existen igualmente otros elementos que
indican, bajo forma distinta, la misma valorización ideológica : los
ladrillos blancos o amarillos que contrastan con la antigua pizarra. Pero
más allá de estas manifestaciones actuales, queda claro que en Las
Hurdes la vivienda es sólo vivienda y no valor simbólico del linaje : ha
de defenderse como siempre uno con su valor frente a los demás, hoy con
la casa, ayer con las cabras o los olivos.
Aunque las casas sean nuevas, otros aspectos del sistema de ideas,
representaciones y valores no se han perdido : existe todavía la brujería.
Han aparecido «formas» en los sótanos y plantas bajas donde se
almacenan los jamones «chamuscados» que se venden muy bien. Hoy
como ayer, brujas o «espíritus malos» aprovechan cualquier hueco no
tanto para introducirse en la casa, lo que siempre lograron, sino, a la vez
de modo más impreciso y más pertinente, concretando la envidia.
La casa, o mejor dicho la vivienda, al representar el valor de su
dueño no es, en realidad, nada más que una de las manifestaciones de
este valor en el marco de la afirmación del ser frente a los demás. Los
rasgos pueden tener combinaciones distintas en el tiempo como
importancia variada, pero el tema central continua siendo, para cada
25 Cada uno de los huertos suele valer 300.000 pesetas aproximadamente, y otro tanto
importan los servicios de una máquina escavadora (1982). Hacer una casa viene a costar entre
une y dos millones de pesetas, contando con que el propietario ha de participar activamente en
la obra.
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