Perfiles de - Prisma

Perfiles y trayectorias del cambio económico en Centroamérica
Nota del autor
Este trabajo se ha nutrido de los diálogos regionales realizados bajo la Iniciativa colaborativa
de diálogo e investigación sobre dinámicas territoriales en Centroamérica, sobre todo de los prime‐
ros cuatro ‐entre mayo 2006 y junio 2007‐ en los que tuve el privilegio de participar direc‐
tamente. No es posible recoger los aportes de todos quienes participaron en esos diálogos
que fueron extraordinariamente ricos precisamente por la diversidad de puntos de vista.
Las siguientes líneas recogen fragmentos de algunos planteamientos vertidos por algunos
participantes en torno al cambio económico en la región y sus expresiones territoriales. No
pretendo ser exhaustivo, ni expresar los argumentos presentados con todos sus matices. Se
trata simplemente de darle al lector una idea de lo que fue la dinámica del diálogo bajo la
Iniciativa en esos primeros diálogos. En cualquier caso, pido disculpas por las omisiones y
sobre todo por cualquier interpretación equivocada de lo planteado por algunos de los par‐
ticipantes mencionados.
La cuestión del cambio económico global en Centroamérica fue tema de debate desde el
primer diálogo de la Iniciativa (Costa del Sol, El Salvador, mayo 2006). Por ejemplo,
Alexander Segovia planteó que el modelo económico centroamericano se había transfor‐
mado profundamente, al grado de que las zonas rurales en la región ya no eran estratégicas
por su relación con la agricultura, sino por el dinamismo de servicios como el turismo que
se están desplegando en esas zonas. Silvel Elías insistió más bien que había que dar cuenta
de las diferencias en los procesos de cambio económico en la región para lograr una lectura
más ajustada de dichos procesos.
En esa ocasión, Byron Miranda hizo referencia a un territorio específico –el norte de Costa
Rica– para destacar cómo la política pública había favorecido el cambio económico en esa
zona hacia un modelo de maquila agrícola que tenía fuertes impactos en el suelo y la cali‐
dad del agua, a la vez que agravaba los problemas de exclusión y diferenciación en el terri‐
torio. Cabe resaltar que ese modelo de maquila agrícola se basa en la movilidad de la mano
de obra de bajo costo procedente de Nicaragua. Si bien Eduardo Baumeister nos recordó en
el segundo diálogo de la Iniciativa (Antigua Guatemala, agosto‐septiembre 2006) que la
migración estacional ha sido un fenómeno estructural antiguo en Centroamérica, también
recalcó que ahora se había regionalizado de modo que los nicaragüenses levantaban las co‐
sechas de naranja y de banano en Costa Rica y llenaban junto a los hondureños los vacíos
dejados por los emigrantes salvadoreños.
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